domingo, 22 de febrero de 2015

23/02/2015. Servicio de Noticias de Avanzada Venezolana (AV). Por Kelder Toti. Lord Jojo.

23/02/2015. Servicio de Noticias de Avanzada Venezolana (AV). Por Kelder Toti. 
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Las Columnas de Opinión. 

 Síndrome de Renfield – Vampirismo Clínico:


Esta es la traducción al castellano de un fragmento de Los vampiros, hombres lobo, y demonios. Informes del Siglo XX en la literatura psiquiátrica del psicólogo Richard Noll. Publicación Brunner/Mazel, Inc. Nueva York, Nueva York. © 1992.

El texto traducido comienza con referencias a BramStoker (1847-1912) y su libro Drácula, al libro PsychopathiaSexualis (1886) del neurólogo y psiquiatra Richard van Krafft-Ebing (1840-1902), el especialista británico HerschelPrins y otras personas; para luego pasar a explicar el Síndrome de Renfield. Es esta descripción del síndrome y sus fases, para referirse al llamado vampirismo clínico, lo que es harto citado como causa del vampirismo. Por muchas razones creo que no tiene nada que ver con vampiros reales y lo que nosotros entendemos como vampirismo o condición vampírica, pero es interesante leerlo para ver porque es así. De ahora en adelante la traducción:


De acuerdo a la leyenda del vampiro, es realmente sólo después de la primera alimentación de una víctima del vampiro, la primera degustación de la sangre, que los individuos cruzan la línea y se convierten en vampiros. Entonces ellos deben servir para siempre al ansia loca de la sangre que esta experiencia inicia. Este cruce de la línea, la violación de un tabú cultural contra el beber sangre, es lo que marca el inicio de la enfermedad del vampirismo, tanto en la leyenda y de hecho. Por esta razón, el fenómeno moderno llamado “vampirismo clínico” es quizás el más entendido en términos de la primitiva teoría de una enfermedad causada por la violación de un tabú (ver la introducción a este libro). La emoción experimentada al involucrarse en un acto prohibido sólo refuerza el comportamiento y aumenta la probabilidad de que se repita una y otra vez.

Herschel  Prins (1984), una autoridad británica sobre vampirismo clínico cuyo trabajo ha sido inestimable en la definición del síndrome, señala que en la literatura psiquiátrica la palabra “vampirismo” se ha utilizado para cubrir un espectro de fenómenos. Actividades poco comunes como la necrofagia (comer la carne de muertos humanos), necrofilia (excitación sexual y el convenio con cadáveres), canibalismo, y otras secuelas de un lustmord (asesinato sexual), como el necrosadismo (abuso de cadáveres) se han incluido bajo esta etiqueta desde el siglo 19, en adición al tradicional significado de beber la sangre de otros (vampirismo) y la propia sangre (auto vampirismo). Todas estas actividades se discuten juntas en un documento sobre “síndromes sexuales inusuales” por Rebal, Faguet, y Woods (1982). (1)

Es perfectamente concebible que BramStoker entrara en contacto con la traducción de 18912 al Inglés de PsychopathiaSexualis (1886), del famoso neurólogo y psiquiatra alemán Richard van Krafft-Ebing (1840-1902), que contiene muchas intensas historias de casos de asesinatos sexuales con necrofagia, necrofilia, ingesta de sangre, y la excitación sexual que algunos individuos sólo pueden experimentar cuando ven sangre fresca fluyendo, o imaginan que lo hacen, de sus parejas sexuales. Los vampiros en el libro de Stoker realizan espantosos asesinatos sexuales en hombres, mujeres, e incluso en niños que son similares en tono a los gráficos ejemplos proporcionados en el famoso texto de Krafft-Ebing. El experto del siglo 19 en patología sexual define “lujuria-asesinato” como “la lujuria potenciada como crueldad, lujuria asesina que se extiende a la antropofagia” (Krafft-Ebing, 1892, p. 62). El más citado de los asesinatos sexuales semejante a vampiros citado por Krafft-Ebing es la historia usualmente citada de un viñador de 19 años de edad, con el nombre de Léger:

Caso 19…. Desde la juventud de humor cambiante, silencioso y tímido ante la gente. Comienza a salir en busca de una situación. Él vaga alrededor de ocho días en el bosque, allí captura a una muchacha de doce años, la viola, mutila sus genitales, le arranca el corazón, come de el, bebe la sangre, y entierra los restos. (Krafft-Ebing, 1892, pp. 63-64)

El artículo de Prins de esta colección incluye su esquema de clasificación de los diferentes grados de lo que él considera es la mejor definición de vampirismo. Como él mismo señala, se basa en el trabajo de Bourguignon (1977, 1983). El modelo de vampirismo clínico propuesto aquí (y en base a una lectura de muchas de las historias de casos más abajo) define el síndrome de acuerdo a un curso discernible que se corresponda a todas las historias de casos en uno o varios de sus aspectos. También se propone que el síndrome sexual de fetiche de sangre definido aquí como vampirismo clínico debe llevar una nueva etiqueta epónima en futuros tratamientos psiquiátricos y ser renombrado síndrome de Renfield, en honor al personaje de Drácula de BramStoker, que portaba muchos de los signos y síntomas clásicos del trastorno.


Las siguientes son las características propuestas del síndrome de Renfield:

Un acontecimiento fundamental a menudo conduce al desarrollo del vampirismo (beber sangre). Esto ocurre generalmente en la infancia, y la experiencia de sangrar o el sabor de la sangre se encuentra “emocionante”. Después de la pubertad, esta excitación asociada con la sangre se experimenta como un despertar sexual.

La progresión del síndrome de Renfield sigue un curso típico en muchos casos:

El auto vampirismo generalmente se desarrolla primero, por lo general en la infancia, inicialmente al auto inducir raspones o cortaduras en la piel para producir sangre, la cual es luego ingerida, para luego aprender como abrir los grandes vasos sanguíneos (venas, arterias) con el fin de tomar un constante flujo de sangre caliente de forma más directa. La sangre puede entonces ser ingerida en el momento de la apertura, o se puede guardar en frascos u otros recipientes para beberla más tarde o por otras razones. La masturbación con frecuencia acompaña a las prácticas autovampirísticas.

La zoofagia (literalmente, la alimentación de seres vivos, pero más específicamente el consumo de su sangre) puede desarrollarse antes del auto vampirismo en algunos casos, pero usualmente es lo próximo a desarrollar. Las personas con síndrome de Renfield pueden ellos mismos atrapar y comer o beber la sangre de seres vivos como insectos, gatos, perros, o aves. La sangre de otras especies puede ser obtenida en lugares tales como mataderos e ingerida entonces. La actividad sexual puede acompañar o no a estos actos.

El vampirismo en su verdadera forma es la próxima etapa a desarrollar, obteniendo y bebiendo la sangre de seres humanos vivos. Esto se puede hacer mediante el robo de sangre de hospitales, laboratorios, etc., o tratando de beber la sangre directamente de otros. Generalmente esto implica algún tipo de actividad sexual consensual, pero en casos del tipo asesinato sexual y otros crímenes violentos no letales, la actividad sexual y el vampirismo pueden no ser consensuales.

La compulsión por beber sangre casi siempre tiene un fuerte componente sexual asociado a ella.

La sangre puede tomar a veces un significado casi místico como símbolo sexual de vida o poder, y, como tal, una experiencia de bienestar o de atribución de poder será reportada por las personas con síndrome de Renfield después de tales actividades.

Las personas con síndrome de Renfield son principalmente varones.

Las características definitorias del síndrome de Renfield es la compulsión de beber sangre. Otras actividades relacionadas como la necrofilia y necrofagia, que no tienen como su objetivo el beber sangre, no se consideran aspectos de este trastorno.

Esta es la traducción al castellano de Status del Vampirismo y el Autovampirismo, artículo de A. Bourguignon, donde se define conceptualmente ambas patologías, tratamos aquí de casos del llamado vampirismo clínico. Nuevamente vemos aquí la descripción de patologías extremas, con implicaciones de violencia sexual, mutilación, etc.:

Cualquier interpretación de la perversión llamada vampirismo debe tomar en consideración los mitos en los que las relaciones entre los vivos y los muertos (vampiros, íncubos, súcubos, etc.) están representados, mitos a través de los cuales las personas vivas proyectan sobre los muertos en ambivalentes, sexuales y agresivos, deseos que tenían para con los muertos cuando aún estaban vivos.

Clínicamente la palabra vampirismo debe ser utilizada para nombrar todos los actos sexuales o agresivos, tanto si el chupar sangre sucede o no, cometido en una persona muerta o moribunda. En un tercio de los casos el acto tiene tanto componentes sexuales como  agresivos (la mutilación del cadáver); en los otros dos tercios el acto sólo parece tener un componente sexual (placer sexual en la presencia de o en contacto con el cadáver).

El origen y el significado de esta perversión excepcional es discutida. El auto-vampirismo, aún más excepcional que el vampirismo, difiere de este último por el hecho de que la succión de sangre es el síntoma esencial y por el hecho de que no está en el lado de sadismo sino en el lado del masoquismo. A la luz de dos historias clínicas, una de ellas nunca antes publicada, y sobre la base de la teoría freudiana del masoquismo, una interpretación de los datos es planteada.

Observaciones

Leyendo ambos textos sobre casos de vampirismo clínico resalta la gravedad de las patologías descriptas, donde están presentes actos tan aberrantes como secuestros, violaciones, pedofilia, tortura de seres vivos y cadáveres, asesinatos, necrofagia, necrofilia. Sin embargo eso no es el motivo de estos comentarios, pues sería pueril señalar lo que es obvio para cualquier persona y no sólo para un psicólogo o psiquiatra forense especializado en estos casos. No es necesario que ningún especialista nos aclare que esos actos solo pueden ser propios de personas desequilibradas.

El problema es cuando se intenta adjudicar a las personas que tienen la condición de ser vampiros reales, el hecho de padecer de Vampirismo Clínico o Síndrome de Renfield. Es por ello que se hace necesario aclarar ciertos puntos al respecto.

1- Los vampiros reales no sufrimos de Vampirismo clínico ni Síndrome de Renfield. ¿Por qué esto es así? Porque no tenemos los síntomas de dichas patologías ni procedemos por tanto a actuar en consecuencia.

2- Los vampiros reales no cometemos actos de secuestro, tortura, asesinato, violación, actos de abuso sexual y pedofilia, no tenemos sexo con cadáveres de seres humanos, no comemos cadáveres ni los mutilamos. No hacemos nada de eso para conseguir placer sexual y/o sangre.

Vampiros reales muy conocidos en la comunidad como Sanguinarius, SphynxCat, Merticus, Zilchy, Vyrdolak, Michelle Belanger, LadyCG, Saravasti y otros, llevan adelante una intensa actividad en la comunidad de vampiros reales, algunos de ellos durante mucho más de 10 años y a través de páginas webs personales, foros, conferencias, participación en medios masivos de comunicación, entrevistas, etc. Resulta ridículo suponer entonces que durante todo ese tiempo estas personas han cometido actos tan terribles y nadie se ha dado cuenta durante los últimos casi 20 años, en los que la comunidad de vampiros reales tuvo un gran crecimiento.

3- Igual de ridículo que si aplicamos ese razonamiento a toda la comunidad de vampiros reales. En la encuesta Vewrs – Avewrs respondieron unos 950 miembros de la comunidad, de diferentes países. ¿Debemos suponer que somos una comunidad de asesinos, secuestradores, torturadores, pedófilos, abusadores sexuales, necrófagos, necrofílicos, y mutiladores de cadáveres, que actuamos impunemente desde hace más o menos unos 20 años?

¿Y nadie se dio cuenta de la montaña de cadáveres y personas desaparecidas que producen al menos 950 personas con esas características tan aberrantes? ¿Personas así concurrirían abiertamente a participar en documentales sobre vampiros, escribirían libros sobre vampiros y su relación con la energía, darían conferencias, realizarían encuentros, accederían a ser entrevistados, realizarían videos para colgarlos en YouTube explicando que son realmente los vampiros reales?

¿Personas así recomendarían no confundir al vampiro mítico con vampiros reales, hacerse análisis médicos para descartar otras posibles causas del vampirismo, recomendarían medidas de seguridad y salud para los vampiros reales y sus donantes? Cuando escucho que a los vampiros reales se nos considera casos de vampirismo clínico o de Síndrome de Renfield, me doy cuenta de la poca seriedad con que se está dispuesto a hablar de vampiros reales y vampirismo.

4- Tampoco forzamos a nadie a brindarnos su sangre y por ello es que buscamos Donantes, personas que por su propia voluntad y con el conocimiento de que donan sangre a un vampiro real para su consumo, deciden brindar un poco de ella. Además esto se realiza sin poner en peligro la salud física y mental del Donante y el Vampiro, realizando los análisis clínicos para descartar el contagio de enfermedades y tomando todas las precauciones de salud e higiene para prevenir infecciones, heridas, cicatrices, etc. Antes, durante y después de la donación.

5- Muchos vampiros reales no consumimos sangre. Pretender diagnosticar con Vampirismo Clínico o Síndrome de Renfield a un vampiro real que se alimente de la lluvia, de un chakra de su donante, o de la abundante energía reunida por una multitud en un concierto de música, es realmente absurdo. Y es además no querer contemplar la complejidad del problema de la condición vampírica, es intentar meter algo demasiado grande en un recipiente demasiado chico.

6- Ambas patologías se centran en el consumo de sangre y en actos aberrantes. Los segundos no tienen nada que ver con vampiros reales y vampirismo, lo primero es solo aplicable a algunos vampiros y lejos de cuestiones perversas y patológicas como torturar, matar, etc.

Y también ambas patologías excluyen tres puntos; en primer lugar todos los otros síntomas que los vampiros reales tenemos y que nos lleva a definirnos como tales, en segundo lugar el simple hecho de que llevamos vidas normales. Tenemos trabajos, familias, amigos, carreras universitarias, pagamos impuestos y alquileres, viajamos en automóvil, nos vamos de viaje, nos casamos, nos divorciamos, salimos a bailar o al cine, leemos libros, vamos al baño a hacer nuestras necesidades, etc.

Por último, los vampiros reales no consumimos nuestra propia sangre, eso nos quitaría parte de la energía de la que carecemos, sencillamente no tiene sentido practicar el autovampirismo para un vampiro real. Todo eso nos diferencia de una persona que sufre de vampirismo clínico y comete actos de tanta gravedad.

7- El nombre de Síndrome de Renfield es una propuesta de nombre para una patología, nada más. No es un nombre aceptado oficialmente por la comunidad científica y médica de ninguna parte del mundo. No figura en el manual DSM-5 Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, de la American PsychiatricAssociation, ni tampoco figura en el CIE-10 Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud.

Así que además se está adjudicando una patología, no suficientemente estudiada como para incluirla en los manuales de salud más prestigiosos del mundo, y se lo hace sobre todo un grupo de personas que pertenecen a una comunidad de lo más diversa en cuanto a cultura, edad, sexo, lenguaje, historia de vida, hábitos, formación educativa, etc. Y así se estigmatiza a un grupo muy heterogéneo de personas al cual realmente se conoce muy poco, pretendiendo unificar a todos ellos bajo un diagnóstico médico que no contempla las variantes específicas de cada caso.

8- El llamado “vampirismo” clínico tampoco es de por sí una enfermedad que figure como tal en ambos manuales de salud, DSM-5 o ICE-10. Es el nombre asociado comúnmente a patología/s en donde la sangre tiene alguna importancia, ya sea por el consumo de esta, su uso en prácticas sexuales, etc.

9- Así como se señala que las personas con Síndrome de Renfield son principalmente varones, cabe señalar que la mayoría de los integrantes de la comunidad de vampiros reales son mujeres, tal como se desprende de las encuestas VEWRS – AVEWRS, específicamente de la pregunta 001: ¿Sexo?. Un 63,77 de los vampiros reales que participaron en las encuestas son mujeres. Esto por lógica hace más difícil que el Síndrome de Renfield puede ser aplicado como explicación general para toda la comunidad de vampiros reales y como causa de su vampirismo.


NOTAS DE TRADUCCION

1- No me queda claro el origen del término “lustmord”, al parecer proviene al menos en parte del alemán. “Lust”= lujuria y “mord”= asesinato. Su significado es un asesinato con motivación sexual.

https://noctalium.wordpress.com/pagina-21/enfermedades-y-vampirismo/sindrome-de-renfield-vampirismo-clinico/  "Síndrome de Renfield – Vampirismo Clínico"

El Vampirismo real: Síndrome de Renfield


Hoy desde Gran Misterio queremos tratar un tema peculiarmente interesante para cualquiera que tenga una mínima curiosidad por los fenómenos extraños: el vampirismo real. Denominado así por el psicólogo estadounidense Richard Noll en 1922 y por otros especialistas del terreno referido como Hematodipsia, esta anomalía es poco común aunque existente en nuestra sociedad.


El síndrome de Renfield describe una enfermedad mental que afecta a las personas provocando en ellas la necesidad de de ingerir o sentir la sangre de otros seres vivos, sean animales o humanos, para así alimentarse de su fuerza vital y ser más poderosos creyendose vampiros ellos mismos desde el punto de vista que todos tenemos hoy en dia de un vampiro novelesco.

El nombre que acompaña a este síndrome fue tomado del manuscrito de Bram Stoker, en el que un personaje presenta un comportamiento muy singular que ejemplifica muy claramente estas características. El sujeto se encuentra encarcelado en una prisión y se alimenta de insectos que según cree le darán fuerza para salir de allí. En estos términos el vampirismo del que hablamos no se alejaría demasiado del canivalismo, ya que en este también se ingieren partes de humanos con un fin similar.

Que significa soñar con sangre

Según fuentes de internet, se han documentado incluso casos particulares de individuos que han asesinado a otras personas con el objetivo, según parece, de beber su sangre. Existe el caso de Peter Kürten, un joven que asesinó a diversas personas y animales en Alemania y que antes de ser guillotinado por ello afirmó que estaría de lo más feliz por oir su propia sangre correr por su cuello antes de morir, tal era su obsesión por este fluido. Existe también el caso de Fritz Haarmann que asesinó a almenos veintisiete jóvenes en Alemania también, quien confesó haber mordido y arrancado la arteria carótida de cada una de sus víctimas. Sin embargo hay otras ideas sobre este desorden psicológico.

También hay quien piensa que es tan sólo algún tipo de fetiche sexual usado por algunos. Así, las personas que obtendrían placer de la ingesta de sangre como quien la obtiene de la nata montada. Se dice de estos individuos que quizá en su infancia podrían haber tenido alguna experiencia en particular con la sangre que les hubiese hecho asociarla a la idea del placer y que más tardiamente en su adolescencia podrían haberla vinculado al estímulo sexual.


Dado que no hay acuerdo alguno entre los especialistas, se piensa en este trastorno de diferentes formas: tanto como un desorden mental como una patología, como un sadismo que impulsa a herir a los demás para conseguir un fin determinado e incluso hasta se llega a comparar con la necrofilia.

Hay diversas formas de entender este peculiar síndrome, pero lo que está claro es que ninguna se asemeja a la popular concepción del vampiro que aparece en las novelas de terror u otros géneros donde este se alimenta de sangre humana para sobrevivir, por la complejidad de su organismo según tengo entendido. En este caso, los vampiros son de carne y hueso y obran de forma igualmente atroz porque padecen algún tipo de esquizofrenia o simplemente por placer, por lo que no se distingue cual de ellas es más horrible.


http://granmisterio.org/2012/09/28/el-vampirismo-real-sindrome-de-renfield/  "El Vampirismo real: Síndrome de Renfield".

El Vampirismo:

El vampirismo clínico es un raro trastorno mental caracterizado por la excitación sexual asociada con una necesidad compulsiva de ver, sentir o ingerir la sangre existiendo o no el autoengaño creencial de ser un vampiro.1 2

Aunque en la literatura médica se trata el tema hace más de cien años la bibliografía es escasa. El vampirismo fue propuesto formalmente como condición clínica particular en 1985 por Herschel Prins3 y en 1992 Richard Noll describió sus características con el nombre de síndrome de Renfield.4 5 El trastorno propuesto está incluido en el CIE-10 ni ningún otro manual diagnóstico. Sinónimos Síndrome de Renfield: denominación acuñada por Richard Noll basado en R.M. Renfield personaje de la novela Drácula de Bram Stoker, recluso en el manicomio del Dr. John Seward y comedor compulsivo de aves, moscas y arañas para obtener su fuerza vital.4

Hematodixia y hematodipsia: términos no usados ni aceptados por la comunidad médica o científica, acuñados y usados en ciertas publicaciones de periodismo pseudocientífico.6  Sanguinarius: Término acuñado, particularmente entre grupos anglosajones, por algunos practicantes de vampirismo no criminal, o no violento, para auto denominarse en un contexto de subcultura.7 

Clasificación En la literatura psiquiátrica profesional consistentemente se asocia el síndrome de Renfield con excitación sexual después de la pubertad. Desde el punto de vista psicoanalítico, varios autores señalan que el vampirismo es un acto de agresión sexual con un componente libidinal y que la extracción por la sangre para el vampiro es la forma de alcanzar excitación sexual y placer.2 Por tal razón se puede considerar que el vampirismo clínico es un tipo de parafilia poco común.8 Algunos autores la consideran una variación de la necrofilia.9 

También consideran que es una forma de sadismo ya que estos individuos chupan la sangre de las heridas que ocasionan a sus víctimas en su arrebato sexual.10 También se la puede incluir como un tipo de Fetichismo sexual pues consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de una sustancia o parte del cuerpo en particular, es decir de la sangre como fetiche. Etiología 

La causa de esa condición clínica no está plenamente identificada.5 Aplicando la teoría psicoanalítica el vampirismo clínico podría deberse a traumas y conflictos durante el desarrollo del individuo en la infancia.2 Diagnóstico diferencial Muchos pacientes con este trastorno han sido diagnosticados por psiquiatras o psicólogos como psicóticos o esquizofrénicos, aunque otros han propuesto que se definan estos casos como parte de una enfermedad particular con signos, síntomas y patogenia propios que han denominado como Síndrome de Renfield. 11 

Algunos pacientes niegan el carácter erótico o la connotación sexual de la experiencia de ingerir sangre, atribuyendo, en forma delirante, su conducta a la necesidad de mantenerse vitales y activos únicamente a partir de la sangre, rasgo que algunos psiquiatras señalan como síntoma de esquizofrenia de tipo residual o de tipo indiferenciado. En ciertos casos de vampirismo grupal no violento, con donadores pasivos voluntarios, el diagnóstico más adecuado sería el de sadomasoquismo. 

Se debe distinguir de comportamientos sociopáticos y rituales sangrientos que caracterizan a algunas sectas religiosas, como por ejemplo los seguidores de la diosa Kali en la India o de la Santa Muerte en México.12 Patogenia Pese a que este trastorno no está establecido ni aceptado completamente por el mundo médico como un síndrome, el psicólogo Richard Noll,13 4 dice que suele producirse con mayor frecuencia en los varones, y propone una serie de fases en su desarrollo: Infancia: el primer estadio suele producirse durante la infancia, cuando el niño se ve involucrado en un incidente sangriento en el que descubre la excitación de la sangre. 

Autovampirismo: donde descubre el placer que le provoca la visión o el sabor de su propia sangre. Zoofagia: donde pasan a probar la sangre de animales, siendo especialmente atraídos por los denominados animales de compañía. Vampirismo clínico: es el estado más avanzado del síndrome y el que lo caracteriza, en el que el individuo pasa a ingerir compulsivamente la sangre de otros seres humanos, ya sea bebiendo sangre recolectada obtenida de bancos de sangre o laboratorios, o directamente de un sujeto donador voluntario es decir de manera consensuada, o en los casos criminales mordiendo y desangrando violentamente a las víctimas. 

Tratamiento No existe tratamiento específico y en concordancia con la teoría psicoanalítica en la etiología del trastorno algunos autores plantean que los pacientes de vampirismo clínico podrían beneficiarse con un enfoque psicodinámico y con la incorporación del pensamiento psicoanalítico en un enfoque terapéutico integral, o con terapias cognitivo-conductuales.2 

Pacientes de vampirismo famosos En la historia, en las crónicas periodísticas y en los registros policiales existen muchos personajes cuya conducta criminal o acciones sangrientas tienen características psiquiátricas indudables que permitirían clasificarlos como pacientes de vampirismo. 

Vlad Draculea 

Este personaje histórico, extremadamente cruel y violento, apodado "Tepes" por su método preferido de tortura, el empalamiento, fue un voivoda o príncipe de Valaquia (hoy parte de Rumanía), declarado héroe rumano por librar a la región y a Europa de los otomanos. Vlad Tepes inspiró el personaje protagonista de Drácula en la novela de Bram Stoker; pero no existen registros o documentos históricos que lo acusen de beber sangre humana aunque sea una referencia obligada al tratar el tema del vampirismo y su vida está entretejida con el mito del vampiro.14 

Sus crímenes y excesos sugieren que podría haber padecido algún otro tipo de trastorno psiquiátricos aunque hay quienes señalan que solo fue un hombre desalmado pero de su tiempo pues le tocó enfrentar desde niño unos problemas para los cuales era común en esa convulsa época aplicar castigos y medidas extremas escarmentadoras. 

Condesa Elizabeth Bathory Llamada "La Condesa Sangrienta", fue una aristócrata húngara que vivió entre los siglos XV y XVI, famosa en Europa por su belleza. Después de quedar viuda en 1604, para no perder su juventud y hermosura, practicó la magia negra y asesinó a 650 jóvenes campesinas a quienes torturaba y desangraba para obtener sangre para sus baños o para beberla, considerando que la sangre de doncellas vírgenes la conservarían bella y lozana, hasta que el emperador

Matías de Habsburgo y el palatinado la detuvieron y la juzgaron, siendo condenada en 1611 a cumplir cadena perpetua emparedada en sus aposentos en donde murió en 1614. Gilles de Rais Este aristócrata francés del siglo XV, que luchó en los años finales de la "Guerra de los Cien Años" junto a Juana de Arco, buscando en la sangre el secreto de la piedra filosofal torturó y dio muerte a unos 300 niños, durante 8 años, hasta que en el año 1440 fue capturado, procesado y ejecutado. 

Peter Kürten Este alemán, más conocido como "El Vampiro de Düsseldorf", con una infancia caracterizada por la extrema pobreza y la violencia, desde muy joven se involucró en actividades delictivas incluyendo zoofilia y sadismo, y a los 9 años, según confesó, causo el ahogamiento de dos niños. 


Pese a sus maneras apacibles, su aspecto imperturbable y a ser considerado por sus vecinos como una persona seria y amable, fue condenado por diversos delitos como robo, asalto o deserción de sus obligaciones militares. Su primer homicidio, una niña de ocho años, tuvo lugar en 1913, y al final de su vida fue acusado y condenado en 1930 por nueve asesinatos y siete intentos de asesinato. No hay constancia de que bebiera sangre de sus victimas pero si confesó el placer de verla correr. 

Sin arrepentirse ni sufrir remordimientos por sus actos, antes de ser guillotinado preguntó al psiquiatra que lo atendía: "Después de que me decapiten, podré oír por un momento el sonido de mi propia sangre al correr por mi cuello? Ese será el placer para terminar con todos los placeres".15 16 Fritz Haarmann Apodado como "El Vampiro de Hannover" este alemán asesinó a principios del siglo XX a por lo menos 27 varones adolescentes, a los cuales confesó luego haber seccionado la carótida con un mordisco, antes de ser descubierto en 1925 cuando fue juzgado y ejecutado mediante decapitación. Bela Kiss 

Este húngaro fue descubierto en 1916, mientras se hallaba en el frente pues había sido reclutado para luchar durante la primera guerra mundial, cuando las autoridades intentando confiscar la gasolina que el había declarado guardaba en su propiedad, descubrieron 24 cadáveres conservados en alcohol en seis barriles metálicos, que correspondían a los de su mujer y de su amante a quienes todos creían habían huido, así como a 22 mujeres estranguladas a quienes Kiss engañó con promesas de matrimonio. Aunque no hay evidencias o referencias válidas, algunos rumores señalan que los cadáveres habían sido desangrados y es mencionado como ejemplo de vampirismo. 

Bela Kiss nunca fue encontrado, y se le consideró un desaparecido de la guerra aunque se sospecha que desertó de las filas y luego se alistó en la Legión Extranjera o emigró a América.17 Allan Menzies  Es un escocés de 22 años adicto al cine que se obsesionó con la película La reina de los condenados de (2002), basada en la novela homónima de Anne Rice, según declaró posteriormente a su detención tras matar a su amigo Thomas McKendrick de 21 años quien precisamente le había facilitado una copia de la película, que vio más de cien veces durante ese mes. 


Convencido de que Akasha, la vampiresa interpretada por la fallecida cantante estadounidense Aaliyah, era real y que había pactado con el para convertirlo en inmortal si mataba a alguien, un día de diciembre de 2002, cuando su amigo se burló e hizo comentarios sexuales sobre la actriz, Allan le asestó 42 puñaladas, le destrozó la cabeza con más de 10 martillazos, se bebió su sangre y comió parte de su cerebro. 

Durante el juicio no se mostró arrepentido en ningún momento e insistía en haberse convertido en un vampiro inmortal. El juez dictó la sentencia en 2003 condenándole a cumplir al menos 18 años en prisión sin posibilidad de salir en libertad condicional, calificándolo de ser "un psicópata diabólico, violento y altamente peligroso, no apto para estar en libertad". Este individuo apareció muerto en su celda el 15 de noviembre de 2004 por aparente suicidio.18

 Otros Diversos criminales, particularmente los asesinos en serie, han sido descritos como vampiros por sus acciones criminales explicadas así a partir de una atracción por la sangre; aunque en el caso de algunos es difícil clasificarlos dada la diversidad de sus acciones perversas y que posiblemente los móviles o causas fueron primordialmente la codicia o un trastorno mental distinto a la parafilia. Entre ellos está Enriqueta Martí, proxeneta de pedófilos y bruja, que en la Barcelona de principios del siglo XX fue procesada por secuestró y asesinato de niños para extraerles la grasa y la sangre, con el fin de elaborar menjurjes que vendía con éxito, supuestamente para curar la tuberculosis. 

En Francia se menciona a Martin Dumollard, quien mató a varias mujeres en 1861 para robar sus pertenencias; posiblemente las violó pero en el proceso no hubo mención ni suposición de que bebiera su sangre. También en Francia en 1878 Joseph Vacher mató a varias personas a lo largo del país, cometiendo actos de canibalismo y necrofilia pero no hay certeza de que practicara específicamente el vampirismo. Igualmente en Francia en 1871 la policía capturó al empleado de una carnicería llamado Eusebius Pieygdagnelle quien confesó el asesinato de siete personas impulsado por su obsesión por la sangre.19 

En Polonia, Juan Koltrun, llamado el "Vampiro de Podlaski", en 1982 bebió la sangre de dos de sus siete víctimas.20 En EUA la californiana Deborah Jean Finch en 1992 confesó haber ingerido la sangre de su víctima a quien apuñalo en el cuello tras un supuesto pacto suicida.21 También en EUA, John Brennan Crutchley ingeniero informático de 39 años, sospechoso de ser autor de varios asesinatos sangrientos sin resolver, fue atrapado en 1985 en Florida cuando su última víctima logró escapar después de ser torturada y desangrada.22

 El igualmente estadounidense James Riva, quien purga cadena perpetua en Massachusetts y alega sufrir una enfermedad mental, en 1981 mató a su abuela bajo la convicción de ser un vampiro de 700 años, para beber su sangre como método defensivo, pues la consideraba una vampiresa que se alimentaba de él mientras dormía.23 

En Brasil, Marcello Acosta de Andrade mató en 1991 a 14 jóvenes en Río de Janeiro para rejuvenecerse con su sangre.24 En México, en 1962, Magdalena Solís asesinó a alrededor de 10 personas durante rituales orgiásticos que incluían el consumo de la sangre de las víctimas.25 En Alemania, Manuela Ruda, joven de 23 años y su marido Daniel de 26, fueron juzgados y condenados en el 2002 por el asesinato en julio de 2001 de su amigo Frank Hackert, acción con visos rituales que incluyó beber la sangre de la víctima y de la cual ellos se declararon no responsables alegando haber seguido órdenes de Satanás de quien eran sus seguidores.26 La lista es larga, quizás interminable, y continua con Wayne Boden "El Vampiro Violador", 

Nicolas Claux "El Vampiro de París", etc. y otros que han sido apodados vulgarmente por la gente o por los medios de comunicación como "vampiros". Vampirismo fraudulento En 1949, John George Haigh fue acusado en Londres de asesinar a 6 personas cuyos cuerpos disolvió en ácido sulfúrico intentando desaparecer toda evidencia de sus crímenes, por lo cual fue llamado el "asesino del ácido". Haigh alegó como causa de sus actos el tener sueños reiterados que lo impulsaban a matar y a beber sangre causando que los diarios lo llamaron también "el vampiro de Londres"; pero no se encontraron evidencias de que bebiera la sangre de sus víctimas ni de que actuara bajo ningún tipo de compulsión por ella. 

El jurado consideró que alegaba el vampirismo para que le declararan incapacitado mental y así librarse de la pena de muerte y que ejecutó sus crímenes por la codicia, por lo cual fue condenado a morir en la horca.27 Referencias Sexualidad, Psiquiatría y Cultura. Ángel Luis Montejo González. Editorial Glosa, S.L., 2005. ISBN 84-7429-261-1, 9788474292619 

Jolene Oppawasky "Vampirism: clinical vampirism - Renfield's syndrome". Annals of the American Psychotherapy Association. FindArticles.com. 29 Mar, 2011. 

[1] Prins, H. 1985. Vampirism: A Clinical Condition. Br J. Psychiat, 146: 666–668.PubMed Vampires, Werewolves, and Demons: Twentieth Century Reports in the Psychiatric Literature, Richard Noll, Publicado por Taylor & Francis Ltd, 1992, ISBN 0-87630-702-0, ISBN 978-0-87630-702-1 Régis Olry & Duane E. Haines (2011): Renfield's Syndrome: A Psychiatric Illness Drawn from Bram Stoker's Dracula , Journal of the History of the Neurosciences: Basic and Clinical Perspectives, 20:4, 368-371. 

[2] Franzini,Louis R. y Grossberg, John M. Eccentric and bizarre behaviors. Editorial Wiley, 1995, ISBN 0471545201, 9780471545200 Keyworth, David (October de 2002). 

«The Socio-Religious Beliefs and Nature of the Contemporary Vampire Subculture». Journal of Contemporary Religion 17 (3): 355–370. doi:10.1080/1353790022000008280. Hernandez Serrano, R. Parafilias: una clasificación fenomenológica. Actas Esp Psiquiatr 2002;30(Monográfico 1):19-23. [3] Romo Pizarro, Osvaldo. Medicina legal : elementos de ciencias forenses. Editorial Jurídica de Chile, 2000. ISBN 956-10-0941-2, 9789561009417 Nomenclatura de las manifestaciones sexuales, Juan Carlos Romi. ALCMEON, Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica, Año XIV, vol 11, N°2, abril de 2004. ISSN 0327-3954 / ISSN 1514-9862. 

[4] Consultado el 9 de enero de 2009 Benezech, M., et al. “Cannibalism and Vampirism in Par-anoid Schizophrenia,” Journal of Clinical Psychiatry 42(1981): 7 Gil Olmos, José.La Santa Muerte. Editor Deblsillo, 2012. ISBN 6073109326, 9786073109321 Bizarre Diseases of the Mind.Richard Noll. Berkley Books, 1990. ISBN 0-425-12172-0, ISBN 978-0-425-12172-6 Vidaurre, Carmen V. En el ojo del cíclope. Universidad de Guadalajara. ISBN 9789702707936. Rámila, Nuria Janire. Depredadores humanos: El oscuro universo de los asesinos en serie. Biblioteca del crimen. Ediciones Nowtilus S.L., 2011. ISBN 8499670288, 9788499670287. Linares, Miguel Ángel. Mala gente. Las cien peores personas de la historia. Crónicas de la historia. Editado por EDAF. Madrid, 2010. ISBN 8441427240, 9788441427242 Philbin, Tom. The Killer Book of Serial Killers: Incredible Stories, Facts and Trivia from the World of Serial Killers. Editorial Sourcebooks, Inc., 2009. ISBN 1-4022-1385-9, 9781402213854 Ramsland, Catherine. Influenced by Fiction. The Vampire Killers.

 [5] Vronsky,Peter, Serial Killers: The Method and Madness of Monsters. Editado por Berkley Books, 2004, ISBN 0425196402, 9780425196403 Hickey, Eric W. Sex crimes and paraphilia. Editorial Pearson Education, 2006. ISBN 0131703501, 9780131703506 Woman Turned Vampire And Drank Her Victim's Blood, Prosecutors Say. By Paul Rogers. The Seattle Times. Edición Friday, june 5, 1992.

[6] Serial killers crimen index, by Elisabeth Wetsch 

[7] Vampire killer' gets no sympathy from relatives or parole board. Enterprise news.com. 

[8] Morrison, Helen. Mi vida con los asesinos en serie. Editorial Océano.20004. ISBN 84-494-1913-1 Westch, Elisabeth. «High Priestess of Blood». Serial Killers by name (en inglés). EE.UU.: CrimenZZZ.net. Consultado el 4 de abril de 2013. Helm, Toby. Last kiss as Satanist killers are locked up. Published: 12:01AM GMT 01 Feb 2002 [9] Consultado el 7 de agosto de 2010. Le Vay, Benedict, Eccentric London, 2nd.Editor Bradt Travel Guides. 2007. ISBN 1-84162-193-5, 9781841621937 

http://es.wikipedia.org/wiki/Vampirismo. 

"Vampirismo". 4 formas de combatir a los Vampiros Emocionales.

 Por Chema Cepeda el 10 mayo, 2011 en Conocimiento Personal Vampiros Emocionales

Todos tenemos nuestros días malos, en los que nuestros sentimientos de pesimismo y negatividad inundan todo. Para superar esos días, a veces necesitamos estar en soledad y otras veces descargar en nuestra persona, amigo o terapeuta, con el que compartir ese sentimiento.

 Es una situación normal y cotidiana. Con los que tenemos que tener cuidado es con los llamados vampiros emocionales. Seguro que conoces a alguna persona cuyo rasgo predominante es la negatividad y el pesimismo. Son personas que viven instalados en la queja y el reproche y que reciben todas las críticas y comentarios que les hacemos de forma negativa. 

Tienen la capacidad de chupar toda tu energía positiva en tan solo 5 minutos de conversación. Se les llama Zombies o Vampiros emocionales pero no buscan sangre, se alimentan de la energía de los demás y cuando terminan con una víctima van en busca de otra. Nuestro kit de Empatía 

2.0 Queramos o no, los seres humanos venimos equipados de serie con un kit de interconexión 2.0 más o menos grande y dotado de un buen puñado de neuronas espejo. Esto nos convierte en esponjas que absorben la carga emocional de los demás. Por eso nos sentimos felices si nos rodeamos de gente positiva, y tristes si estamos con personas negativas. Me gusta pensar en la empatía es como la carpeta Dropbox de nuestra vida. Si no conoces este programa, te diré que es una joya de la informática que he descubierto recientemente y que almacena tus datos en la nube y los sincroniza entre varios ordenadores, haciendo que estén siempre disponibles para trabajar desde cualquier lugar.

Nuestro Dropbox Empatía sincroniza postura, gestos, pulsaciones del corazón y nuestras emociones. Todo lo que incluyamos en esta carpeta, se pondrá a disposición de los que nos rodean de forma que vivirán un poco como nosotros y sentirán nuestras emociones. No todos tenemos la misma carga de empatía ni la misma porosidad a la hora de absorber sentimientos. 

Las personas muy empáticas se sincronizan muy bien con los demás, son seres emocionales y construyen unas relaciones sólidas, aunque son más susceptibles al efecto vampírico. Por el contrario, las personas menos empáticas son impermeables a los sentimientos de los demás, no reciben ni las buenas ni malas vibraciones y su vida emocional es más o menos plana. Se da la paradoja de que los vampiros emocionales suelen ser poco empáticos, pero se aprovechan de nuestra empatía. El problema viene cuando nos sincronizamos con un zombie emocional y no arrastra al interior de su mundo negativo. 

Tras poco tiempo de conversación, nos llevamos un sentimiento parásito que condicionará nuestros actos durante las horas siguientes. Es agotador y nos sentiremos como si nos hubieran dado una auténtica paliza. Además, a la vez que tumban nuestro estado de ánimo alteran nuestro sistema inmunitario, haciéndonos más susceptibles a contraer enfermedades de tipo infeccioso. Por eso es tan importante a nivel personal y laboral que nos rodeemos de personas entusiastas, creativas e incluso optimistas. 

Al sincronizarnos con ellas, estaremos absorbiendo todos estos sentimientos y nos sentiremos bien física y emocionalmente. Son personas que te cargan las pilas y que aumentan drásticamente tu productividad. Transferencias unidireccionales de energía El que la transferencia de energía sea unidireccional podría ser porque su sentimiento negativo es más poderoso que el nuestro, pero creo que tiene más que ver con el grado de empatía individual. Cuando se junta una persona centrada en sí misma y con una falta casi total de empatía, con otra persona muy porosa y empática, se produce una transferencia de energía unidireccional hacia el vampiro, dejando en el huésped un sentimiento de vacío y agotamiento. Es como un virus troyano que se aloja en nuestro sistema y nos descarga la batería en pocos minutos. 

Además, esa energía absorbida es usada para cambiar su forma de pensamiento, sino para retroalimentar todavía más sus sentimientos negativos e ir en busca de una nueva víctima. Aprendiendo a prevenir, combatir o mitigar a los Zombies Emocionales No siempre podemos elegir a las personas que nos rodean y muchas veces nos tocará lidiar con este tipo de gente, con lo que es fundamental que estemos preparados para minimizar todo lo posible sus efectos devastadores. Partimos de la premisa de que no debemos combatir la recepción de sentimientos por el hecho de ser negativos. Nuestro arsenal emocional necesita albergar todo tipo de sentimientos. Los negativos hacen que valoremos las cosas en su justa medida y sintamos las emociones positivas correctamente. Además, ciertos sentimientos como el miedo o la frustración nos ayudan a superarnos día a día. 

Todos necesitamos nuestra dosis de sentimientos negativos, aunque de una forma adecuada, sin caer en los excesos. Lo que si podremos controlar es la intensidad del sentimiento y el tiempo que se quede con nosotros. A los que de verdad debemos prevenir, combatir o mitigar es a los zombies emocionales. Lo ideal sería tener una membrana semipermeable que dejara pasar los sentimientos positivos y nos aislara de los negativos. Esta membrana se puede conseguir, pero hay que trabajar un poco. 

1. Aislamiento En primer lugar, debemos ser conscientes del problema y estar preparados para saber reaccionar ante la llegada del chupa-energía. Si sabemos que un zombie emocional se aproxima a nuestro campo de influencia o empezamos a conversar con uno y detectamos sus vibraciones negativas, entraremos en modo de alerta y podremos adoptar nuestra actitud defensiva. Ser conscientes de esta situación y de nuestros sentimientos nos ayuda a estar preparados y adoptar una postura asertiva ante el sentimiento negativo. 

De esta forma, podremos cerrar selectivamente nuestros poros emocionales y evitaremos el contagio. Sería actuar de la misma manera a como lo hacen psiquiatras y psicólogos, que adoptan una posición de observación y escucha, sin dejarse arrastrar por el problema. 

2. Contraataque La mejor defensa puede ser un buen ataque, por lo que podemos usar sus mismas tácticas y contrarrestar sus sentimientos negativos a través de los nuestros positivos, para intentar contagiarles nosotros a ellos. Es algo que pienso intentar con el próximo vampiro que me encuentre, aunque a priori se antoja bastante complicado (los expertos en este tipo de ataques son ellos…) 

3. Control de daños Si aún así nuestras defensas fallan y nos sentimos inundados por la bajada de energía y los sentimientos negativos, todavía podemos hacer algo. Llegados a este punto, nuestro objetivo sería minimizar el tiempo que está alojada la emoción parásita. 

El mejor modo es nuevamente mediante la toma de conciencia de que nuestro sentimiento no es propio, sino adquirido. Es lo que Daniel Goleman llama la conciencia emocional, elemento clave dentro de la inteligencia emocional. De esta forma será más fácil que podamos aislar y eliminar el sentimiento. 4. 

Reactivación del sistema Para hacer desaparecer el sentimiento negativo, debemos poner a nuestro cerebro a trabajar en otros asuntos. Realizar actividades que nos distraigan como hacer deporte, ver una película o leer un libro, etc. Evitaremos hacer cosas que permitan revivir el pensamiento, como puede ser dar un paseo. Finalmente, podemos aprovechar nuestra capacidad esponja que nos ha llevado a ese estado y usarla a nuestro favor. Todos conocemos a personas entusiastas de la vida, que rebosan energía por los cuatro costados. Quizás es el momento de pasar un ratito con ellos para que nos recarguen las pilas.


La Foto de Hoy:


#1079 13/12/14 - 10:52
Hoy fue el festival navideño en la escuela de Hana, todas las niñas de su grupo se disfrazaron de Elsa y bailaron la canción de Let it go.Cada día más grande mi niña, a veces no puedo creer que ya hayan pasado 6 años desde que llego a nuestras vidas. Por cierto, la foto de hoy se la debo a mi esposa porque ella la tomó. 




#1072 06/12/14 - 10:45
Hoy hace mucho frío y mi niña Hana que ya está a unos días de cumplir 6 años viene escondida detrás de su pelo y del gorro de su chamarra mientras caminamos de regreso a casa después de haber ido a hacer una rápida visita a la tiendita de la esquina. 



La Caricatura del Día:

 



 


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