viernes, 19 de diciembre de 2014

18/12/2014. Servicio de Noticias de Avanzada Venezolana (AV). Por Kelder Toti. La Gloria o la Muerte. Por Kelder Toti. Parte V

La Gloria o la Muerte.

                                                Por Kelder Toti.

                                    Parte V 



Crisis económica de 2008-2014

La Gran Recesión se conoce a la crisis económica mundial que comenzó en el año 2008, y fue originada en los Estados Unidos. Entre los principales factores causantes de la crisis se encuentra la desregulación económica, los altos precios de las materias primas debido a una elevada inflación, la sobrevalorización de los productos, crisis alimentaria por el elevado costo del combustible, y la amenaza de una recesión en todo el mundo, así como una crisiscrediticia, hipotecaria y de confianza en los mercados.

La crisis iniciada en 2008 ha sido señalada por muchos especialistas internacionales como la «crisis de los países desarrollados», ya que sus consecuencias se observan fundamentalmente en los países más ricos del mundo, ya que no poseen los mecanismos para corregir las deficiencias de la crisis económica.

Elevados precios de las materias primas.

La década de los años 2000 fue testigo del incremento de los precios de las materias primas tras su abaratamiento en el período 1980-2000. Pero en 2008, el incremento de los precios de estas materias primas —particularmente, del precio del petróleo (gasolina y diesel, y de la comida) — aumentó tanto que comenzó a causar verdaderos daños económicos, amenazando con problemas sociales en los países que se encuentran en vías de desarrollo, la estanflación y el estancamiento.

En enero de 2008, el precio del petróleo superó los US$ 100/barril por primera vez en su historia,  y alcanzó los US$ 147/barril en julio debido a fenómenos especulativos de la alta volatilidad que condujeron a un fuerte descenso durante el mes de agosto.

Otro tanto sucedió con uno de los principales metales industriales, el cobre, que venía experimentando un vertiginoso aumento en su cotización desde 2003, principalmente por la cada vez mayor demanda de las nuevas potencias emergentes, como China e India, sumada a otros factores como inventarios decrecientes y conflictividad laboral en las minas cupríferas de Chile, el primer país exportador a nivel mundial del mineral.

En enero de 2008, la cotización del cobre en la London Metal Exchange (Bolsa de Metales de Londres) superó por primera vez en su historia los US$ 8.000 la tonelada.  A principios del mes de julio alcanzó US$ 8.940 la tonelada, récord absoluto desde que se tienen registros de su cotización en la LME, a partir de 1979. Este valor a niveles históricos fue un 272,5% mayor que el antiguo récord absoluto de US$ 3.280 la tonelada registrado el 24 de enero de 1989 —sin ajuste por inflación—.

Luego de este máximo y en línea con la conducta del petróleo, la cotización del cobre registró una abrupta caída de más del 50% desde el récord de julio (a octubre de 2008)  en un marco de volatilidad nunca antes visto. Materiales esenciales en la producción, como el ácido sulfúrico y la soda cáustica vieron también incrementados sus precios hasta un 600%.

La crisis se extendió rápidamente por los países desarrollados de todo el mundo. Japón, por ejemplo, sufrió una contracción del -0,6% en el segundo trimestre de 2008. Australia y Nueva Zelanda también sufrieron contracciones. Cabe destacar que es cada vez mayor la preocupación sobre el futuro de los países con economías pujantes y emergentes, tal como lo es  China e India en Asia; Argentina, Brasil y México en América y Sudáfrica en el continente africano, cada uno de ellos líderes en sus regiones y, también afectados por la actual crisis económica.

En el primer trimestre de 2009, los índices bursátiles de las bolsas de Estados Unidos y Europa fueron superadas por las de países emergentes como China y Brasil. Brasil y Rusia aumentaron sus índices en un 9% de moneda local; el índice de India pasó a ser positivo y el índice compuesto de Shanghái, en China, aumentó un 30%, lo cual se justificó por la fortaleza y estabilización de los sectores financieros de dichos mercados y por la búsqueda de inversiones de riesgo. Una cronología de eventos que testimonian la extensión es la siguiente:

Los flujos bajaron de US$ 1,2 billones (2007) a US$ 707.000 millones (2008) y se espera que bajen a US$ 363.000 millones para el 2009. En abril de 2009 se informa de que como consecuencia de la crisis y el desempleo, el mundo árabe debe considerarse una «bomba de tiempo». Asimismo, se informa que Egipto temía por el regreso de 500.000 trabajadores de países del Golfo.

En marzo de 2009 se informó que, a raíz de la crisis, el mundo árabe perdió 3 mil millones de dólares. A raíz de la crisis el Banco Mundial preveía un año duro en 2009 en muchos países árabes. El deterioro de las condiciones económicas favoreció el surgimiento de movimientos de protesta masivos en el Norte de África y Oriente Medio, particularmente en Túnez, Libia, Egipto y Siria. En los tres primeros se derrocó a los gobiernos autocráticos aliados tradicionales de occidente. En septiembre de 2009 se informa que los bancos árabes han perdido casi $ 4 mil millones desde el inicio de la crisis financiera mundial.

Inflación global, deflación global.

En febrero de 2008, Reuters informó que la inflación había subido a niveles históricos por todo el mundo.  A mediados de 2008, los datos del FMI indicaban que la inflación se hallaba en máximos en los países exportadores de petróleo, debido al aumento de las reservas de divisas extranjeras. Y también en muchos países subdesarrollados.

La inflación también aumentaba en los países desarrollados,  pero mucho menos y subiendo casi exclusivamente por el precio de productos importados. Los tipos de interés en la zona euro y en USA siguieron relativamente bajos.

Para 2009 el problema era el inverso: el panorama económico apuntaba a la deflación, lo que, por ejemplo, llevó a la FED a situar el tipo de interés en prácticamente el 0,22 % En 2011 la Organización Internacional del Trabajo señaló que se alcanzó un máximo histórico de desempleados, con 205 millones en todo el mundo.

Guerra de divisas y guerra comercial:

En octubre de 2010 aparecen señales claras de una posible guerra de divisas (dólar, euro, yen y yuan). Los países rebajarían la cotización de sus monedas en busca de ventajas competitivas `-“para facilitar la exportación”- que ayuden a salir de la crisis, pero, si se produce una guerra de divisas y un círculo de rebajas se acentuaría el enfrentamiento comercial llegándose a una guerra comercial que acentuaría y retrasaría inevitablemente la recuperación. Precisamente también hubo una guerra comercial durante la Gran Depresión, iniciada por Estados Unidos y Gran Bretaña. En esta ocasión los ojos se dirigen a China quien es acusada por Estados Unidos, en particular, de maniobrar para mantener artificialmente bajo el Yuan.  Para Immanuel Wallerstein la pérdida de peso del dólar es real y puede producirse una caída repentina que genere un caos extraordinario o una caídasuave que vaya sustituyendo el dólar como moneda de referencia  si bien esta posibilidad es muy improbable, en tanto los USA no les interesa el problema aunque la pérdida de importancia del dólar significará la decadencia de su sistema bancario.

Burbuja.

Por burbuja inmobiliaria global se conoce el avance, en la mayoría de los países industrializados occidentales, de los precios de los bienes inmuebles muy por encima de los del resto de bienes y servicios, materializado en dos oleadas o impulsos durante las dos décadas que van desde mediados de los años 80 del siglo XX hasta mediada la primera década del siglo XXI, con la consiguiente fractura generacional que ello genera al involucrar un bien básico de consumo obligatorio como es la vivienda por la falta de inversión gubernamental en el rubro, que le permitiera controlar con oferta el carácter especulativo de los entes privados.

Descripción de la burbuja.

Los  Informes de la Reserva Federal Americana (FED) y de otros organismos económicos oficiales, como la OCDE reflejan el incremento explosivo del precio de los bienes inmuebles, en prácticamente todos los países industrializados, concentrados en dos períodos: hasta 1989 y hasta 2006. Alemania y Japón presentan diferencias, en el primer caso, por los costes de la llamada Reunificación Alemana, y, en el segundo, por el pronto estallido de la burbuja tras un alza inicial extraordinariamente exagerada de las viviendas.

Los medios de comunicación especializados y otras personalidades relevantes del mundo económico informaron de la burbuja tardíamente y sin excesiva franqueza, por los réditos a corto plazo que proporcionaba, lo que, al final, ha contribuido a amplificar innecesariamente el resultado desastroso de la gestión de los bancos hipotecarios. Los principales países afectados han sido: Dinamarca, Australia, Bélgica, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Holanda, Noruega, España, Portugal, Suecia, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Gran Bretaña y Estados Unidos, entre otros, cada uno con intensidad
diferente y sus especificaciones locales.

Origen de la burbuja.

La burbuja inmobiliaria arranca en el seno del propio mercado inmobiliario, por razones de índole no solo económica, siendo realimentada al alza, en una segunda etapa, por el abundante crédito hipotecario favorecido por políticas monetarias expansivas, que al ser abrupta-mente eliminadas forman la recesión. La maduración final de la burbuja inmobiliaria comienza tras el pinchazo de la burbuja a finales de los años 90, y la subsiguiente bajada de los tipos de interés acordada para combatir sus efectos recesivos; laxitud monetaria intensificada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y la Guerra de Irak, por un lado, y, por otro, la culminación del proceso de unificación monetaria europea, que fue acrecentada por una “recesión subyacente”, que impidió que por el lado de la demanda se pudiera costear la vivienda, y por parte del Estado que no contaba con los mecanismos tanto legales, administrativo como económicos para evitar la crisis hipotecaria y su contagio a otros sectores.

Fin de la burbuja.

Por su propia dinámica, la burbuja inmobiliaria ya se encontraba muy madura en el 2004, si bien todavía habría que esperar entre uno y dos años más para su desmoronamiento final, si la Reserva Federal hubiera intervenido los  bancos con problemas de liquidez utilizando el encaje legal, manteniendo el 100% de los depósitos se hubiera evitado el contagio, ya que la caída de un banco significa en la práctica la caída de todos los bancos asociados a él.

En dicho año, la Reserva Federal de los Estados Unidos comenzó a subir los anormalmente los bajos tipos de interés no solo para controlar la inflación y administrar el tipo de cambio sino también con el objetivo no indisimulado de acabar con la burbuja, cosa que era un error fatal;  lo ideal era un programa de viviendas que permitiera una mejor oferta, y al mismo tiempo inyectar un subsidio a la vivienda para ser pagado a largo plazo.

Desde ese año hasta 2006, el tipo de interés de intervención en Estados Unidos pasaría del 1% al 5,25%. El avance del precio de la vivienda, que había sido estridente entre los años 2001 y 2005, se frenó. Ya en agosto de 2005, el precio de la vivienda comenzó a caer en buena parte de los Estados Unidos. Pronto vendrían las ejecuciones hipotecarias por impago de la deuda. Y el sistema financiero estadounidense comenzaría a tener problemas de solvencia al tener colateralizada su inversión crediticia con inmuebles cuyo valor menguaba y seguiría haciéndolo por mucho tiempo, perjudicando a los estratos medios y bajos, por eso es de vital importancia lanzar un programa gubernamental de refacciones de viviendas y urbanizaciones, que evite la descapitalización de la clase media y baja, de cara a mantener su apoyo a las instituciones liberales.

En Estados Unidos, el total de las ejecuciones hipotecarias del año 2006 ascendió a 1.200.000,  lo que llevó a la quiebra de medio centenar de entidades relacionadas con el negocio hipotecario en el plazo de un año. Para 2006, la crisis inmobiliaria ya se había trasladado a la Bolsa. El índice bursátil de la construcción estadounidense (U.S. Home Construction Index) cayó en un 40%. Finalmente, en agosto de 2007, se declaró la llamada Crisis de las hipotecas subprime. Lo dicho de Estados Unidos es aplicable a la zona euro, si bien el Banco Central Europeo, primero, partía de un tipo de interés mayor, el 2%, y esperó a finales de 2005 para la escalada del tipo de interés de intervención que habría de acabar con la burbuja y con la distorsiones que había creado en el sistema productivo, ésta política fue errática ya que aceleró la crisis, ya que las entidades gubernamentales no tuvieron la flexibilidad administrativa para paliar la falta de liquidez de los bancos que era lo que importaba, porque a la larga afectaría a los usuarios de los créditos.

Crisis en los Estados Unidos.

Los Estados Unidos, la tercera  economía más grande del mundo, entró en el 2008 con una grave crisis crediticia e hipotecaria que afectó a la fuerte burbuja inmobiliaria que venían padeciendo, así como un valor del dólar anormalmente bajo, que le permitía competir con el euro y el yuang pero no aumentaba las exportaciones. Como bien señala George Soros en su libro «El nuevo paradigma de los mercados financieros» (Taurus 2008) «El estallido de la crisis económica de 2008 puede fijarse oficialmente en agosto de 2007 cuando los Bancos Centrales tuvieron que intervenir para proporcionar liquidez al sistema bancario» pero la crisis se desata cuando dejan quebrar a una gran cantidad de entidades bancarias de menor tamaño que tenían en conjunto un gran económico. 

Tras varios meses de debilidad y pérdida de empleos, el fenómeno colapsó entre el 2007 y 2008, causando la quiebra de medio centenar de bancos y entidades financieras, esta crisis solo puede ser comparada con la crisis bancaria de Venezuela en 1994, que precipitó la caída del régimen turco en favor de un régimen bonapartista, de no tomarse medida adecuadas para reactivar el sector bancario éste puede precipitar una severa recesión que agudice la crisis política. Este colapso arrastró a los valores bursátiles y la capacidad de consumo y ahorro de la población, sobre todo de la clase media, que se extendió a otro sectores, aumentando el malestar, que permitió que exista un ciclo depresivo, que empobrece a la clase media y baja, facilitando micro protestas, que pueden ser el comienzo de protestas masivas.

En septiembre de 2008, los problemas se agravaron con la bancarrota de diversas entidades financieras relacionadas con el mercado de las hipotecas inmobiliarias. El 15 de septiembre de ese año el banco de inversión Lehman Brothers se declaró en quiebra haciendo que los mercados financieros bajaran drástica mente y que consecuentemente colapsara una de las mayores aseguradoras del mundo AIG junto con las compañías hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac produciendo gran agitación en Wall Street. El mismo día de la caída de Lehman Brothers y de AIG, las acciones de la bolsa de Nueva York tuvieron la mayor caída de la historia en un solo día, dando así comienzo a una recesión que sería global,  y que le costaría a las masas de inversionistas y depositantes, millones de dólares, ahorros personales, trabajos, casas y dejaría a 50 millones de personas más abajo de la línea de la pobreza, cosa que no se ha podido subsanar. El gobierno norteamericano intervino inyectando cientos de miles de millones de dólares para salvar algunas de estas entidades, lo ideal hubiera sido que las salvará a todas, evitando que los que tuvieran créditos  hipotecarios se vieran afectados por la recesión.

En un informe del libro de la FED, se mostró que la recesión se profundizó más en abril aunque algunos sectores tenían señales de estar estabilizándose a finales del 2010, pero todo indica que la crisis no se ha resuelto de manera satisfactoria, y está subyacentes a las interrelaciones bancarias, lo que puede producir un rebrote de darse condiciones de conflictividad. El 18 de abril, la FED anunció que compraría US$ 300.000 millones en valores del Tesoro; además compraría US$ 1,25 billones en activos respaldados por hipotecas.

Crisis financiera de 2008.

La crisis financiera de 2008 se desató de manera directa debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en el año 2006, que provocó aproximadamente en octubre de 2007 la llamada “crisis de las hipotecas subprime”, por la falta de vivienda de los estratos pobres y medios. Las repercusiones de la crisis hipotecaria comenzó a manifestarse de manera extremadamente grave desde inicios de 2008, contagiándose primero al sistema financiero estadounidense, y después al internacional, teniendo como consecuencia una profunda crisis de liquidez, y causando, indirectamente, otros fenómenos económicos, como una crisis alimentaria global, diferentes derrumbes bursátiles (como la crisis bursátil de enero de 2008 y la crisis bursátil mundial de octubre de 2008) y, en conjunto, una crisis económica a gran  escala a nivel internacional.

Las posibilidades de una crisis financiera muy grave la había advertido ya Raghuram Rajan en 2005, en una publicación presentada con motivo de un homenaje a Alan Greenspan.  "El golpe de la crisis financiera de 2008 puede fijarse oficialmente en agosto de 2007. Fue cuando los bancos centrales tuvieron que intervenir para proporcionar liquidez", según George Soros, lo ideal hubiera sido vigilar el flujo de caja de los bancos, e inyectarle liquidez en la medida que se necesitara, asumiendo la FED en control del Banco, que les sería devuelto a sus dueños al terminar la crisis, y cancelar lo prestado por la FED, buscando evitar espantar a los inversionistas pequeños, medianos y sobre todo grandes.

Lo cierto es que los inicios de la crisis datan de a mediados del año 2007, con los primeros síntomas de las dificultades originadas por las hipotecas subprime. A fines de 2007 los mercados de valores de Estados Unidos comenzaron una precipitada caída, que se acentuó gravemente en el comienzo del 2008.  La confluencia de otros eventos de particular nocividad para la economía estadounidense (subida de los precios del petróleo, aumento de la inflación, estancamiento del crédito e incapacidad de conseguir mejores condiciones de crédito), exageraron el pesimismo  sobre el futuro económico estadounidense, hasta el punto de que la Bolsa de Valores de Nueva York sucumbía diariamente a los 'rumores' financieros, esto se podrá remediar en la medidas que los trabajadores con sus fondos de pensiones compren acciones en Wall Street, que las compañías no las haga depender de la inversión de los
Japoneses o Chino.

Muchos opinan que esto fue lo que precipitó la abrupta caída del banco de inversión Bear Stearns,  que previamente no mostraba particulares signos de debilidad. Sin embargo en marzo del 2008, en cuestión de días fue liquidado en el mercado abierto y posteriormente en un acto sin precedentes, la Reserva Federal maniobró un 'rescate' de la entidad,  la cual terminó siendo vendida a precio de saldo a JP Morgan Chase, lo ideal hubiera sido que los accionistas recuperarán su banco tras pagar los créditos pendientes, aumentando la confianza de los inversionistas en la FED, por contrario las maniobras de los entes supervisores aumentan la desconfianza en el buen juicio de la burocracia, y precipita la huida de capitales.

Rápidamente, el impacto de las hipotecas de crisis provocó repercusiones más allá de los Estados Unidos. Los bancos de inversión sufrieron pérdidas en todo el mundo, produciendo un efecto dominó. Las empresas empezaron a negarse a comprar bonos por valor de miles de millones de dólares, a causa de las condiciones del mercado, ya que comprometía su liquidez.   El Banco Federal de los EE. UU y el Banco Central Europeo trataron de reforzar los mercados con dinero, inyectando fondos disponibles a los bancos (préstamos en condiciones más favorables), pero era bonos basura sin ningún valor real o dinero inorgánico.. Las tasas de interés también fueron cortadas, en un esfuerzo para alentar  los préstamos, cosa que no se logró, ya que nadie suelta sus joyas mientras el barco se hunde. Sin embargo, a corto plazo las ayudas no resolvieron la crisis de liquidez (falta de dinero disponible para los bancos), ya que los bancos seguían desconfiando, uno de otros, por lo que se negaron a otorgar préstamos unos a otros facilitando el contagio, de ahí la importancia de evaluar las estatizaciones porque coloca a los bancos a la defensiva, y reduce los prestamos interbancarios saliiéndose los bancos de la cámara de compensación.

Los mercados de crédito se volvieron inmóviles pues los bancos fueronreacios a prestarse dinero entre ellos, al no saber cuántos malos préstamos podrían tener sus competidores, por eso la FED debe garantizar los prestamos tras revisar la documentación y hacer auditorias externas al banco, que le permita al banco obtener créditos interbancarios a bajo interés sin comprometer el flujo de caja del banco, y minimizar la intervención de la FED.  La falta de crédito a los bancos, empresas y particulares acarrea la amenaza de recesión, la pérdida de empleos, quiebras de empresas y por lo tanto un aumento en el costo de la vida.  La paralización de la industria automotriz y las industrias conexas es una consecuencia de ello.   El Reino Unido, el banco Northern Rock pidió un préstamo de emergencia para mantenerse a flote, lo que impulsó a un run run en el banco, 2000 millones delibras fueron retiradas por clientes preocupados, si la Reserva hubiera garantizado los depósitos nada de esto hubiera ocurrido. El banco se nacionalizó más tarde, obligando a inyectar más dinero.  En los EE. UU, el banco Bear Stearns casi se colapsó, lo que lleva a una crisis de confianza en el sector financiero y el fin de los bancos especializados en inversión.

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