miércoles, 25 de marzo de 2015

25/03/2015. Servicio de Noticias de Avanzada Venezolana. Por Kelder Toti. Las Columnas de Opinión. La Foto de Hoy. La Caricatura del Día:

25/03/2015. Servicio de Noticias de Avanzada Venezolana. 
Por Kelder Toti.
twitter: @toti_kelder
correo electrónico: anton691@hotmail.com

Las Columnas de Opinión:

La Isla.


                                              Por Kelder Toti.


        Cualquier día un barco naufragó frente a la costa de una isla del caribe, los marineros desesperados, se lanzaron a los botes salvavidas en busca de la mar unos lograron alcanzarlos, más otros no, alguno consiguió la isla y la mayoría se ahogó.

    El logró obtener a nado la playa, los demás a salvo le gritaban:

 - No te preocupes pronto regresaremos por ti.

   Y mientras esto sucedía, ellos se perdían remando a favor de la corriente que los guía. El hombre llegó a la costa, admiró por un instante la belleza femenina del lugar y olvidándose de lo anterior, dejó que pasaran las horas, días, semanas, meses y años.

   Edificó con palmas un lugar para pasar el tiempo, casó animales y de ellos comió, esperaba resistir las inclemencias del lugar, cultivó cocos y verduras; intentando amordazar la fe y el pensar, pasó las noches sin lograr ver el barco que viniese a rescatarle, perdió la sonrisa en el lugar, transformada en un abismo de pesar.

   Vivió con la mortificación de su propio rescate, hasta que una noche decidió ahogar la esperanza de huir del lugar y desde ese momento, encontró la alegría en cada rayo de sol que acariciaba su frente, en la isla de la desesperación.


Ellos también tienen la culpa.


                                              Por Kelder Toti.



 Esta historia que voy a contar sucedió de verdad, verdad.

 Un hombre felizmente casado se encontró un día con un amigo de tragos, en una cervecería, mientras tomaban, hablaban, el amigo le dijo:

-Ya ves que te choqué el carro, te aboyé el parachoques saliendo de un motel - .
- El se quedó pensativo en el sentido de todo borracho es receloso, empezaron pasar los días y no encontraba solución a sus dudas... y de repente se la ocurrió contratar a un detective privado, con el fin de seguir a su mujer, después de varias semanas, el detective le entregó un informe, decía que su esposa tenía un amante y se reunían en un motel de la panamericana, él introdujo una demanda ante un juez en lo civil, para obtener el divorcio sin separación de bienes, se le hizo un seguimiento y logró reunir un tribunal, que estaba compuesto: por un alguacil, dos escribientes, redactor. Juez y tres testigos.

Entraron a la habitación a los días, después que el detective tocara la puerta haciéndose pasar por un camarero, que venía a entregar algo, abrieron la puerta y encontraron a dos mujeres en pantaletas y sobre la cama había un montón de libros, se hizo el expediente, se fichó la indiciada y se recogió las declaraciones y se evacuaron las pruebas.

El juez en un año dio el fallo: ¡Inocente!

No había sucedido nada porque no se pudo demostrar que el acto carnal se estaba llevando a cabo, dijo sonriente el juez, porque sobre la cama había un montón de libros, ya que las dos eran estudiantes estaban escasas de ropa por el calor de mayo, - en todo caso el culpable es el marido - dijo riéndose unos de los escribientes.

El pobre tipo aprendió a callarse y ahogarse en un buche de saliva, pagó a los abogados los costos procesales del juicio, la demanda por calumnia e infamia y supo el amargo sabor de la justicia venezolana.


La Visión del Pescador.


                                      Por Kelder Toti.


            Una sirena cantaba música celestial, en un peñón de rocas a orillas del mar, un pescador se le acercó por curiosidad y fascinación. El era una inteligencia tan clara como el agua donde navegaba, y solo sus intenciones lo delataban buscando saciar su sed de codicia, que lo mataba.

    El pescador viendo la sirena la contempló y preguntó, -

¿Por qué cantas? –

Y ella inquieta respondió: - porque puedo cantar y con ello arrullo al mar - dijo, en voz alta, refiriéndose a la insignificancia descortés que la admiraba.

El pescador tronando los labios dijo,- Por ello te voy a secuestrar y mostrar -, A lo que la sirena asustada llorando perlas de sus ojos al fondo del mar, pensó,- ¿Por qué lo hará?

El blandiendo sus redes, les gritó: - Te pescaré, porque te quiero pescar - demostrando que la fuerza es compañera fiel de la razón, agarró sus redes y lanzándolas sobre la triste sirena, la trasladó a la bodega del peñero, dirigiéndose a  puerto, volando al ras de las olas, en busca del comprador de una visión.

    En el viaje sus manos reían de la plata que recibiría y su boca saboreaba las carnes que comería; y no pensó por un instante en el dolor que causaría, sin conocer el sufrimiento. No podía apreciar el valor del momento.

    Tan rápido desembarcó, la puerta de la bodega abrió, encontró un hedor a pescado podrido, no hallando ala hermosa sirena ni escuchó su melodioso canto, solo percibió el aroma de su enana mediocridad.


La Foto de Hoy:


Campeonatos del Mundo de patinaje artístico

Nueva expedición para la EEI


Astenia primaveral


La Caricatura del Día:

Notitarde

Diario de Guayana


EDO

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