viernes, 19 de septiembre de 2014

19/09/2014. Servicio de Noticias de Avanzada Venezolana (AV). Por Kelder Toti. Las Élites del Poder: Charles Wright Mills. Por Kelder Toti. La Foto de Hoy. La Caricatura del Día.

19/09/2014. Servicio de Noticias de Avanzada Venezolana (AV).
Por Kelder Toti.
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Las Columnas Internacionales:


Las Élites del Poder: Charles Wright Mills.



                                                                     Por Kelder Toti.



Charles Wright Mills (28 de agosto de 1916, Waco (Texas) – 20 de marzo de 1962, West Nyack, (Nueva York) fue un sociólogo estadounidense. La familia Wrigt Mills  fue una típica familia americana de lo que podría denominarse clase media o pequeña burguesía: su madre se desempeñaba en labores domésticas y su padre era agente de seguros.

Wright Mills es mayormente recordado por su libro de 1959 "La imaginación sociológica", en donde expone una mirada entre la relación  biografía e historia, teoría y método, en el conocimiento sociológico. También es reconocido por haber estudiado la estructura de poder en los Estados Unidos en su libro titulado "La élite del poder" (1956).

Wright Mills era un norteamericano de influencia marxista que tuvo muchos adversarios pero también muchos admiradores. Mills creía que la sociología no debía ser una ciencia fría y ajena a la experiencia humana. Pensaba que la sociología debía ayudar a las personas a escapar de sus prisiones particulares, de sus “jaulas” en las que se han encerrado, ya que la sociología nos puede mostrar que es la sociedad, la responsable de muchos de nuestros problemas. Para Mills, la sociología transforma los problemas privados en problemas sociales y políticos.

Según afirmó con dolor y sarcasmo su amigo el también cientista social Irving Horowitz, Wright Mills era una persona vital y expansiva que parecía demostrar siempre tener mucha prisa. Mills se enfocó en las responsabilidades de los intelectuales de la sociedad posterior a la Segunda Guerra Mundial, y aportó relevancia y compromiso a través de observaciones académicas que no habían sido tratadas con interés, considerando a estas responsabilidades como un "aparato de inteligencia público" (public intelligence apparatus) que desafiara las políticas de las tres élites institucionales: Economía, Política y Militar.

Wright Mills pone en evidencia el carácter conservador de la teoría parsonsiana y sus supuestos, valores y postulaciones legitimadoras de la sociedad con desigualdades y meritocracia que incita a las personas a la adaptación a los sistemas establecidos mediante una serie de dispositivos de gratificación y sanción-castigo, mecanismos disciplinadores de las conductas contestatarias a los que el sistema debe orientar hacia la conformidad-alienación. Inclusive Wright Mills ironiza cuando trascribiendo una párrafo completo de Parsons, quien escribía en inglés igual que él, señala: “Ahora vamos a traducir a Parsons”, y entonces hace comprensible el trasfondo ideológico conservadurista del estructural funcionalismo.

Wright Mills era consciente de que sus posturas irreductibles en defensa de sus principios de socialista libertario le generaban ir a contracorriente y hasta quedar marginado y aislado. Como afirma George Ritzer en su libro Teoría sociológica clásica, “Mills era un marginado y lo sabía. Decía: «Soy un forastero no sólo en el sentido territorial sino también en los otros sentidos. Y lo soy para bien»”. Agrega Ritzer, ampliando nuestra enunciación precedente: “W. Mills no se contentó con desafiar al teórico social, Talcott Parsons, sino también al metodólogo de mayor relevancia, Paul Lazarfeld”, colega suyo en la Universidad de Columbia.

Cabe destacar que el estructural-funcionalismo fue una de las coartadas ideológicas emergentes luego de la crisis financiera surgida del crack de la banca de Wall Street (1929/1930). Este acontecimiento significó una oleada de despidos y persecuciones a los militantes y luchadores sociales obreros y de tendencias radicales socialistas, anarquistas, etc. Novelas como Viñas de ira, de Steinbeck, hecha película por John Ford y protagonizada por Henry Fonda, muestra en las pantallas el desarraigo forzado de miles campesinos despojados por la conducta usuraria de los banqueros. También es posible mencionar El camino del tabaco, de Erskine Caldwell, exhibiendo a trabajadores desharrapados vagando por los caminos en busca de un mísero empleo. Además, esta crisis que se expandió por Europa y toda América y fue uno de los factores desencadenantes de la Segunda Guerra Mundial.

Wright Mills se graduó en la Universidad de Texas en 1939 y se doctoró en la Universidad de Wisconsin en 1941. En 1945 comenzó a trabajar en la Universidad de Columbia, en la que permaneció hasta su muerte. Sus estudios titulados "Los Nuevos Hombres de Poder, Líderes del Trabajo americano" de 1948, estudia la "metafísica del trabajo" y la dinámica de los líderes labores en cooperación con los funcionarios de negocios. Mills concluye que el obrero ha renunciado de forma efectiva a su rol tradicionalmente opositor y se ha reconciliado con el sistema capitalista a través del Sindicato, que es una institución capitalista. Aplacado por políticas económicas de "pan y manteca", los sindicatos han adoptado -sostiene Mills- un flexible rol subordinado a la nueva estructura de poder estadounidense.

El elemento central de nuestra época, según el autor, es el hecho de que la racionalidad, a diferencia de los siglos anteriores, ya no produce y no asegura la libertad, se puede encontrar intelctuales que se vuelven mercenarios del pensamiento de las "élites dominante". Por lo tanto, pone un notable énfasis en la élite intelectual y en sus derrotas, desde el punto de vista cramatístico y académico, derivadas de su escasa responsabilidad social respecto a las masas, criticando su actitud, haciendo un llamado en favor de asumir un nuevo rol.

Una idea central de su pensamiento fue precisamente la de que los intelectuales en general y, especialmente, los científicos sociales, no podían limitarse a desempeñar un papel de observadores desinteresados, sino que debían ejercer una responsabilidad social, esta idea está imbuida en el marxismo y el estructuralismo. Consecuente con esa idea,  Wright Mills eligió estudiar los problemas relativos al cambio social, principalmente en los  Estados Unidos. Aunque no se opuso a la investigación empírica (que, de hecho, condujo de forma notable), se decantó decididamente contra el "empirismo abstracto", convencido de la estrecha relación entre los resultados y la metodología empleada.

Según Wright Mills la sociedad contemporanea estadounidense refleja un "desasosiego moral" consecuencia de la "inmoralidad superior"en sus normas y estructura que es ilustrada por las élites del poder, que la consecuencia Wright Mills no la pudo observar, que es a la larga -es mi opinión- se producirá un Proletariado Imterno que se rebelará de manera violenta o  religiosa contra la élite dominante produciendo intermitentes revueltas, de no lograr la élite crear valores morales superiores a la estructura de poder actual.

Wright Mill piensa que el problema principal de la sociología radica en el fracaso de las dos ideologías del Occidente para explicar el cambio social (el liberalismo y el marxismo), así como el fracaso de los intelectuales, ya que existe una gran diferencia entre la élite intelectual y la acción de la masas, ya que esta debería orientarla y salvaguardar las libertades republicanas, esto es un gran error ya que la élite intelectual gira en torno a sus propios intereses particulares, su egoismo personal o grupal forma parte de su perdición como grupo social.

Wrght Mills utilizó la encuesta y la entrevista para obtener información al mismo tiempo que estudiaba y analizaba la literatura  sobre el tema, obteniendo conclusiones en sus trabajos que reflejaban una parte de la realidad cotidiana. Utilizando el método deductivo para llegar a conclusiones.

La vida de Wright Mills fue turbulenta. Sus firmes convicciones ideológicas lo llevaban a confrontar en el ámbito académico y también en el campo político. En una oportunidad cuestionó agriamente a Howard Becker, considerado gurú intelectual de la Universidad de Wisconsin.Sus provocaciones, muchas veces trasladadas a las columnas de los diarios, alertan acerca de la degradación de la democracia y el control social por parte de las oligarquías.

Analiza la burocracia en la sociedad industrial. Y las relaciones de poder en las estructuras jerarquizadas. Le interesan en especial la formación, configuración y administración del poder de las élites. Describe las técnicas del sistema productivo destinadas al control de los trabajadores, y presta especial atención a los proletarios de `cuello blanco', a los oficinistas, desclasados, desprotegidos y envueltos bajo el paraguas de la burocracia. Escribe de los conflictos internacionales, de la guerra fría, de las amenazas de nuevas conflagraciones mundiales, de Cuba, del marxismo. En fin, de la sociedad de masas y de los medios de comunicación.

Los medios son, a su juicio, los encargados crear las condiciones que desplazan el poder y acentúan el centro político de las élites, con dominios económicos, políticos y militares, al tiempo que entretienen la escena pública con la simulación democrática del debate. Una acción a la que contribuyen de manera las nuevas tecnologías que, para el tiempo de Mills, pasan fundamentalmente por la implantación masiva de la televisión. Los medios no descubren la verdadera cara del poder, no `identifican al opresor', y desarrollan, por consiguiente, una labor de manipulación y adulteración de la opinión pública.

Mills es uno de los primeros autores en considerar los problemas del sobreflujo informativo. Ya en los años 50 entiende que los cambios tecnológicos que permiten la instantaneidad y el aumento de los flujos informativos no favorecen la comunicación, sino que crean un real problema de asimilación. En general, su obra tiene un expresión crítica radical, pero también, en igual o mayor medida, un sentido de anticipación que sorprende a sus analistas y mantiene vigente muchos de sus valores argumentales.

Los medios contribuyen a dar cohesión al estilo de vida americano, amoldando la opinión pública y la expresión política a los valores y referencias del mundo que ofrecen sus contenidos. Cada vez más, la percepción de los individuos se alimenta de los medios, en detrimento de la experiencia directa; es, por consiguiente, más vulnerable o más dependiente o más controlado.

Personalidad inconformista, en plena Guerra Fría de las potencias económicas y militares mundiales, Wright Mills visitó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas donde fue galardonado como el mayor crítico de los Estados Unidos de Norteamérica, su sociedad y su política, pero no se privó de denunciar en la propia URSS el clima de censura reinante, reuniéndose con referentes de la disidencia al régimen que habían sido torturados y/o confinados en los centros de centros de detención de la KGB, el siniestro sistema del Archipiélago Gulag.

La Teoría del Conflicto Social:


Las teorías de conflicto derivan su inspiración de los trabajos de Karl Marx, quien vio en la lucha de clases la clave de la historia humana y principal fuente de cambio. Actualmente se vincula a Charles Wright Mills y otros sociólogos quienes además de la lucha de clases, analizan otros tipos de conflictos: entre productores y consumidores, entre jóvenes y adultos, hombres y mujeres; diversos grupos raciales y étnicos, etc.

Este enfoque surge a partir de la década de los sesenta. Es la época de grandes movimientos sociales: las luchas estudiantiles; el cuestionamiento de la guerra de Vietnam; los hippies; las luchas de los negros por la igualdad de derechos; los de las mujeres, entre otros. Todos esos movimientos revelaban que la supuesta sociedad estable y consensual de que hablaban los funcionalistas no era tal y que, por tanto, otras posiciones debían surgir para explicar estas nuevas realidades. Durante la década de los sesenta y a raíz de diversos procesos sociales en donde el conflicto se hizo patente, surgió un interés especial por estudiar el papel del sociólogo en la sociedad contemporánea. A esto se une la necesidad de replanteamiento y de análisis de los enfoques teóricos que supuestamente explicaban la realidad social. Desde la vanguardia teórica el funcionalismo recibió fuertes sacudidas pues se requerían teorías más dinámicas orientadas al cambio.

Los teóricos de conflicto afirman que para entender plenamente la sociedad se deben analizar los procesos de conflicto, de desorden, desacuerdos y de hostilidad entre los diversos grupos sociales. Por eso, los sociólogos y las sociólogas deben examinar las fuentes de tensión entre las personas y grupos; las técnicas utilizadas para el control del conflicto y las maneras por medio de las cuales las personas con poder político, económico y social mantienen o aumentan su influencia sobre los sectores subalternos.

De acuerdo con este enfoque el conflicto es una constante sociológica pues está presente en todas las sociedades y grupos humanos. Contrario a lo planteado por los funcionalistas, los teóricos del conflicto consideran que el conflicto puede llevar a la definición de problemas y a la transformación de la sociedad. En el análisis del todo social toman en cuenta la jerarquía que guardan las partes resaltando la importancia e influencia del factor económico y el político.

Critican la visión funcionalista de que existe el consenso social. Exponen, que lo que realmente ocurre es que los grupos dominantes coaccionan o presionan al resto de la población a la sumisión y a la conformidad. En otras palabras, el orden social es mantenido no por el consenso general sino por la fuerza; la amenaza de la fuerza u otras formas sutiles de dominación. Por lo tanto, al preguntarse respecto a quiénes se benefician de tales "acuerdos", responden que aquellos que detentan el poder político y económico.

Dentro de este enfoque teórico, encontramos unas corrientes más radicales que otras. La de orientación marxista, presenta una visión de que el cambio ocurre debido a la confrontación de fuerzas opuestas en la estructura de clases sociales donde unos son opresores (explotadores) y otros los oprimidos (explotados). Los principios rectores del materialismo histórico sirvieron de base para construir esta teoría. En este análisis se destaca el factor económico: el modo de producción dominante y la naturaleza clasista de la sociedad capitalista. El cambio social solo puede realizarse aboliendo la propiedad privada de los medios de producción y acabando con todas las formas de explotación y opresión. La transformación del modo de producción capitalista se logra mediante la lucha revolucionaria de la clase trabajadora (proletariado).

Otras corrientes, consideradas menos radicales, cuestionan también la legitimidad de la autoridad. Comparten con los anteriores la creencia de que existen diversos grupos de intereses que pugnan por el control y el dominio en las estructuras sociales. De esta manera, los grupos que detentan el poder político, social y económico se esfuerzan por mantener el llamado orden social. Para lograr el cambio los grupos subalternos retan la legitimidad de la autoridad de aquellos.

La teoría del conflicto también ha recibido críticas, especialmente de los funcionalistas. Algunos entienden que al igual que la teoría funcionalista tiende a ser una teoría abstracta y que coloca énfasis especial en lo que ha sido denominado como "macrosociología" pues presta atención especial a la sociedad como un todo en un alto nivel de abstracción. Quizás una de las mayores críticas proviene de los sectores que ven una vinculación directa con la teoría marxista, aspecto que por falta de espacio no podemos abordar de momento. De ahí que surjan otros enfoques "microsociológicos" como el interaccionismo simbólico que coloca su atención en examinar las relaciones diarias de los individuos en la sociedad y en cómo las personas interpretan esas relaciones, actuaciones o vínculos.


El Collar Blanco:

El Collar Blanco: Las clases medias estadounidenses es su trabajo de 1951, donde afirma que la burocracia ha sobrepasado a los trabajadores urbanos, quitándoles todo pensamiento independiente y convirtiéndolos en cuasi-robots, oprimidos pero felices. Estos obtienen un salario, pero a cambio se ven alienados del mundo debido a su incapacidad de afectarlo o cambiarlo, no se percató que se estaba construyendo un Estado Clientelar, que su fin era destruir el sistema democrático.

La Élite del Poder:

La Élite del Poder, describe las relaciones entre las élites políticas, militares y económicas, subrayando que estas personas poseen un punto de vista común sobre el mundo:

la metafísica militar: una definición militar de la realidad; poseen identidad de clase se reconocen como superiores y separados del resto de la sociedad; poseen intercambiabilidad se mueven entre y al interior de las tres estructuras institucionales y establecen directorios entrelazados.

cooptación/socialización: la sociabilización de los nuevos miembros se realiza basándose en qué tan bien ellos se "clonan" socialmente frente a dichas élites, ya que son un reflejo de lo que es la élite del poder.

Las élites de los "tres grandes" órdenes institucionales poseen una alianza "inquieta" basada en su "comunidad de intereses", dirigidas por la "metafísica militar", que transformó a la economía en una Guerra Económica Permanente.

La Imaginación sociológica:


Los hechos de la historia contemporánea son también hechos relativos al triunfo y al fracaso de los hombres y mujeres individuales. Ni la vida de un individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin entender ambas cosas. Los hombres no poseen la cualidad mental esencial para percibir la interrelación del hombre y la sociedad, de la biografía y de la historia, del yo y del mundo.

Aún cuando no se sientan consternados. Los hombres advierten con frecuencia que los viejos modos de sentir y de pensar se han ido abajo y que los comienzos más recientes son ambiguos hasta el punto de producir parálisis moral. Lo que los hombres necesitan es una cualidad mental que les ayude a usar la información y a desarrollar la razón para conseguir recapitulaciones lúcidas de lo que ocurre en el mundo y de lo que quizás está ocurriendo dentro de ellos, esto se llama la imaginación sociológica, lo que posibilita la reflexión acerca de la relación entre experiencia individual y contexto.

1. La imaginación sociológica permite a su poseedor comprender el escenario histórico más amplio en cuanto a su significado para la vida interior y para la trayectoria exterior de diversidad de individuos. El primer fruto de esa imaginación es la idea de que el individuo sólo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino localizándose a sí mismo en su época.

También nos permite captar la historia y la biografía y la relación entre ambas dentro de la sociedad, ésa es su tarea y su promesa y es la señal de todo lo mejor de los estudios contemporáneos sobre el hombre y la sociedad. Es la capacidad de pasar de una perspectiva a otra, de las transformaciones más impersonales y remotas a las características más íntimas del yo humano, y de ver las relaciones entre ambas cosas. Los hombres, por medio de la imaginación sociológica, adquieren un modo nuevo de pensar, experimentan un trastrueque de valores; en una palabra, por su reflexión y su sensibilidad comprenden el sentido cultural de las ciencias sociales.

2. La distinción más fructuosa con que opera la imaginación sociológica es quizás la que hace entre “las inquietudes personales del medio” y “los problemas públicos de la estructura social”. Esta distinción es un instrumento esencial de la imaginación sociológica y una característica de toda obra clásica en ciencia social. Una inquietud es un asunto privado: los valores amados por un individuo le parecen a éste que están amenazados. Los problemas se relacionan con materias que trascienden del ambiente local del individuo y del ámbito de su vida interior. Darse cuenta de la idea de estructura social y usarla con sensatez es ser capaz de descubrir esos vínculos entre una gran diversidad de medios; y ser capaz de eso es poseer imaginación sociológica.

3. ¿Cuáles son en nuestro tiempo los mayores problemas para los públicos y las inquietudes clave de los individuos particulares? Para formular problemas e inquietudes, debemos preguntarnos qué valores son preferidos, pero amenazados, y cuáles preferidos y apoyados por las tendencias características de nuestro tiempo. El nuestro es un tiempo de malestar e indiferencia, pero aún no formulados de manera que permitan el trabajo de la razón y el juego de la sensibilidad. En lugar de inquietudes, hay con frecuencia la calamidad de un malestar vago; en vez de problemas explícitos, muchas veces hay sólo el desalentado sentimiento de que nada marcha bien.

“El principal peligro” para el hombre reside hoy en las fuerzas ingobernables de la sociedad contemporánea misma, con sus métodos impersonales de producción, sus técnicas envolventes de dominación política, su anarquía internacional, en una palabra, con sus penetrantes transformaciones de la “naturaleza” misma, del hombre y las condiciones y finalidades de su vida. La primera tarea política e intelectual del científico social consiste hoy en poner en claro los elementos del malestar y la indiferencia contemporáneos. Es a causa de esta tarea por lo que las ciencias sociales se están convirtiendo en el común denominador de nuestro periodo cultural, y la imaginación sociológica en la cualidad mental más necesaria.

4. En todas las épocas intelectuales tiende a convertirse en común denominador de la vida cultural determinado estilo de pensamiento. Uno de los significados de la idea de un común denominador intelectual es que los hombres pueden formular sus convicciones más poderosas según sus términos. Otros términos y otros estilos de pensamiento parecen meros vehículos de escape y oscuridad. El que prevalezca común denominador no significa, naturalmente, que no existan otros estilos de pensamiento y otros tipos de sensibilidad. Creo yo que la imaginación sociológica se está convirtiendo en el principal común denominador de nuestra vida cultural y en su rasgo distintivo.

Las cualidades de esta imaginación se han convertido en rasgos fundamentales de esfuerzo intelectual y de sensibilidad cultural en una gran diversidad de expresiones. Es una cualidad que parece prometer de la manera más dramática la comprensión de nuestras propias realidades íntimas en relación con las más amplias realidades sociales. Es una facultad mental que posibilita a los hombres evaluar las situaciones desde una perspectiva superadora de los estrictos límites de la particularidad, tomando en cuenta los procesos históricos y la formación económico-social en la que están insertos; y también les permite superar el sufrimiento y la desvalorización de sí mismos, ocasionados por una visión ingenua.

La necesidad sentida de revalorar la ciencia física refleja la necesidad de un nuevo denominador común. Es el sentido humano y el papel social de la ciencia, sus consecuencias militares y comerciales, su significación política, lo que está experimentando una revaloración confusa. Es la realidad social e histórica lo que los hombres necesitan conocer, y muchas veces no encuentran en la literatura contemporánea un medio adecuado para conocerla. Quieren hechos, buscan sus significados, desean un “gran panorama” en el cual puedan creer y dentro del cual puedan llegar a comprenderse a sí mismos.

Quieren también valores orientadores y maneras apropiadas de sentir y estilos de emoción y vocabularios de motivación. A falta de una ciencia social adecuadas, los críticos y los novelistas, los dramaturgos y los poetas han sido los principales, si no los únicos, formuladores de inquietudes individuales y hasta de problemas públicos. El arte no formula ni puede formular esos sentimientos como problemas que contienen las inquietudes y las dudas a las que los hombres tienen que hacer frente ahora si han de vencer su malestar e indiferencia y las insufribles angustias a que conducen.

5. Mi propósito en este libro es definir el significado de las ciencias sociales para las tareas culturales de nuestro tiempo. Deseo especificar las clases de esfuerzo que están detrás del desarrollo de la imaginación sociológica, indicar lo que ella implica para la vida política y para la vida cultural, quizá señalar algo de lo que se necesita para poseerla, y de esta manera, aclarar la naturaleza y los usos de las ciencias sociales en la actualidad. Precisamente ahora hay entre los cultivadores de las ciencias sociales un malestar muy generalizado, tanto intelectual como moral por la dirección que parece ir tomando la disciplina de su elección, que, así como las infortunadas tendencias que contribuyen a producirlo, forman parte, de un malestar general de la vida intelectual contemporánea.

Dicho con toda franqueza, espero aumentar ese malestar, definir alguna de sus fuentes, contribuir a transformarlo en un apremio específico para comprender la promesa de la ciencia social y limpiar el terreno para empezar de nuevo: en suma, indicar alguna de las tareas que hay que hacer y los medios disponibles para hacer el trabajo que hay que hacer hoy. Creo que lo que puede llamarse análisis social clásico es una serie de tradiciones definibles y usables; que su característica esencial es el interés por las estructuras sociales históricas; y que sus problemas tienen una relación directa con los urgentes problemas y las insistentes inquietudes humanas. La atención intelectual y la atención pública están ahora tan manifiestamente fijas sobre los mundos sociales que se supone que los profesionales de las ciencias sociales estudian, que hay que reconocer que se encuentra por única vez ante una oportunidad en la cual se revelan la promesa intelectual de las ciencias sociales, los usos culturales de la imaginación sociológica y el sentido político de los estudios sobre el hombre y la sociedad.

6. Todas las infortunadas tendencias que estudiaré en los capítulos siguientes caen dentro de lo que generalmente se considera “el campo de la sociología”. Una diversidad de trabajo intelectual verdaderamente notable ha entrado a tomar parte en el desarrollo de la tradición sociológica, quizás se admita que lo que ahora se reputa trabajo sociológico ha tendido a moverse en una o más de tres direcciones generales, cada una de las cuales esta expuesta a ciertas deformaciones.

1. Hacia una teoría de la historia: la sociología es una empresa enciclopédica, relativa a la totalidad de la vida social del hombre y es al mismo tiempo histórica y sistemática.

2. Hacia una teoría sistemática de “la naturaleza del hombre y de la sociedad”: en las obras de los formalistas la sociología trata de conceptos destinados a servir para clasificar todas las relaciones sociales y penetrar sus características supuestamente invariables, en suma, se interesa en una visión más bien estática y abstracta de los componentes de la estructura social en un nivel muy elevado de generalidad.

3. Hacia el estudio empírico de los hechos y los problemas sociales contemporáneos: en la medida en que es definida como el estudio de algún sector especial de la sociedad, la sociología se convierte fácilmente en una especie de trabajador suelto entre las ciencias sociales ocupado en estudios misceláneos de sobrantes académicos. El estudio de los hechos contemporáneos fácilmente puede convertirse en una serie de datos de ambiente sin relación entre sí y con frecuencia insignificantes.

La Imaginación Sociológica, describe una estructura mental, al hacer una sociología capaz de conectar experiencias individuales y relaciones sociales. Los tres componentes que la forman son:

1 - Historia: cómo una sociedad se construye y cómo cambia. Cómo se "hace" la historia en ella.

2 - Biografía: la naturaleza de la "naturaleza humana" en una sociedad; qué tipo de personas habitan en una sociedad particular.

3 - Estructura Social: cómo los variados órdenes institucionales operan en una sociedad, cuáles son los dominantes, como se integran, como podrían estar cambiando, etc.

·       Es una cualidad mental que nos ayuda a usar la información y a desarrollar una razón para conseguir recapitulaciones lúcidas de lo que ocurre en el mundo y de lo que quizás esta ocurriendo dentro de nosotros mismos.
·       La imaginación sociológica permite a su poseedor comprender el escenario histórico mas amplio en cuanto a su significado para la vida interior y para la trayectoria exterior de diversidad de individuos.
·       La imaginación sociológica nos permite captar la historia y la biografía y la relación entre ambas dentro de la sociedad. Esa es su tarea y promesa. Reconocer esa tarea y promesa es la señal del analista social clásico.
·       La imaginación sociológica es la forma más fértil de la conciencia de si mismo.
·       Darse cuenta de la idea de estructura social y usarla con sensatez es ser capaz de descubrir esos vínculos entre una gran diversidad de medios; y ser capaz de eso es poseer imaginación sociológica.
La primera tarea política e intelectual del científico social consiste hoy en poner en claro los elementos del malestar y la indiferencia contemporáneos. La imaginación sociológica es una cualidad mental necesaria hoy en día en esta sociedad.

En su última obra, Los marxistas (1962), a pesar de su postura crítica con relación a las teorías marxistas, se interesó cada vez más por el marxismo, entendido como método de trabajo. Charles Wright Mills está considerado como un punto de referencia en la nueva izquierda americana de las décadas de 1960 y 1970.
Escucha Yanqui: La Revolución en Cuba (1960): Wright Mills apoyó la revolución socialista de Cuba y ante la invasión de Bahía de los Cochinos y Playa Girón lanzó su proclama de protesta en un folleto titulado Escucha, yanqui, donde la justificaba.

Otras obras:

Otros trabajos importantes incluyen: The Causes of World War Three (1958) y Los Marxistas (1962). En 1997, en una encuesta en que los miembros de la Asociación Internacional de Sociología fueron consultados para establecer los 10 libros más influyentes del siglo XX para los sociólogos, La imaginación sociológica califico segundo, precedido solamente por Economía y sociedad de Max Weber. La novela "La muerte de Artemio Cruz" (1962), del escritor mexicano Carlos Fuentes, está dedicada "a C. Wright Mills, verdadera voz de Norteamérica, amigo y compañero en la lucha de Latinoamérica". Dwight Macdonald conformó una asociación intermitente con Mills, y en ciertos casos, en su capacidad como editor de revistas, publicó el material de Mills.


http://www.elciudadanoweb.com/charles-wright-mills-obra-y-legado-de-un-sociologo-disidente/"Charles Wright Mills: Obra y Legado de un sociólogo disidente"


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Gorila hecho con lata de conservas


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