viernes, 19 de junio de 2015

20/06/2015. Servicio de Noticias de Avanzada Venezolana (AV). Por Kelder Toti. La Operación causa Justa. Por Kelder Toti.

Mancheta: Esperamos justicia.

La Operación Causa Justa.

Por Kelder Toti.
 

Se conoce como la Invasión de Panamá;  al operativo militar realizado por el ejército de los Estados Unidos de América (US Army), el miércoles 20 de diciembre de 1989 con el propósito de capturar al General Manuel Antonio Noriega, Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de la República de Panamá (FDF), quien era requerido por la justicia estadounidense acusado del delito de narcotráfico, y asesinato político, justificación dada por el ejecutivo norteamericano  para deponerlo como "el hombre fuerte" de Panamá, que permitiría adecentar al país de su corrupción ancestral, y satelizar a Panamá, a través de un régimen democrático proamericano. La Operación Militar denominada Operation Just Cause (Operación Causa Justa) por el comando militar estadounidense,  tendrá una duración de 96 horas.





La única forma de resistir de los panameños a la invasión americana era en la periferia de las grandes ciudades (Ciudad de Panamá, La Palma, Las Tablas y Colón);  combatiendo en las ciudades en combates dinámico y estáticos;  cortando las rutas de abastecimiento por tierra y mar, teniendo vías de suministros en  los países vecinos.


ANTECEDENTES

El 11 de octubre de 1968, los mandos medios de la Guardia Nacional de Panamá, encabezados por el Mayor Boris Martínez, dirigieron un Golpe de Estado incruento derrocando al entonces presidente electo y constitucional Arnulfo Arias Madrid, que había tomado posesión del cargo hacía sólo 11 días, ya que éste amenazaba a la Guardia Nacional con desmovilizarla.
Este evento dio inicio a una dictadura militar liderada por una junta provisional de gobierno que duró hasta 1969, cuando asumió el cargo de Comandante en Jefe el General de Brigada Omar Torrijos Herrera, que era del Estado Mayor de la Guardia Nacional el General de mayor capacidad política, y uno de sus principales objetivo era lograr la legitimidad del régimen bonapartista ante el pueblo panameño, buscando el apoyo de los sectores pobres de la población panameña con medidas de carácter populistas y nacionalistas.  

En 1972 el gobierno militar designó un Congreso Constituyente que redactó una Carta Magna y nombró a Demetrio Basilio Lakas como Jefe de Gobierno y al General Omar Torrijos como Jefe de Estado. Como objetivo político del gobierno se negoció un nuevo tratado del Canal de Panamá, que reemplazó al modelo negociado en los años 1960 por medio del Tratado Johnson – Robles, dándole legitimidad a la nueva Junta de Gobierno ante el pueblo panameño.

En 1977, el General Omar Torrijos Herrera como Jefe de Estado y Jimmy Carter como Presidente de los Estados Unidos de América, firmaron los nuevos Tratados del Canal de Panamá o Tratados Torrijos-Carter, por medio de cuyas cláusulas principales los Estados Unidos acordaron la devolución de los territorios administrados, el control de la operación del Canal, el cierre de las bases militares y la salida de todos los soldados estadounidenses de Panamá, teniendo Carter las críticas de los elementos conservadores del gobierno norteamericano.

El Tratado Torrijos – Carter acordaba un calendario para la transición de todos los aspectos referentes al Canal de Panamá, antes del año 2000. Sin embargo, condicionaba la defensa de la vía de manera conjunta, dando la posibilidad de intervención armada de Panamá, si la operación del canal se viese comprometida, error diplomático que justificaría la invasión, amparada en el Tratado.

En 1983 asumió el cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas de Defensa de Panamá el General Manuel Antonio Noriega, al morir Omar Torrijo en extrañas circunstancias, en un accidente aéreo, lo que benefició el ascenso de Noriega. Éste fungió por muchos años como director del G2 o Jefe de la Inteligencia Militar panameña y se le identificaba como estrecho colaborador de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), su colaboración con la CIA y el Pentágono le permitió gobernar al país.

En las elecciones presidenciales de 1984, las primeras por voto popular desde el inicio de la dictadura militar de 1968, fue declarado vencedor Nicolás Ardito Barletta ante el clamor popular de fraude. En tanto, en EE.UU., el senador Jesse Helms exigió que el gobierno estadounidense tomara las medidas necesarias para sacar a Noriega de poder, ya que era el presidente de facto de Panamá,  pero el director de la CIA William Casey salió en defensa del general panameño alegando que éste realizaba tareas encubiertas de la CIA, importantes para el gobierno de los Estados Unidos, entre las que se encontraba el suministro y bases logística de la Contra Nicaraguense en su guerra contra el régimen sandinista, colocación de estupefacientes, en el mercado norteamericano, que suministraba divisas a la Contra, permitía bases de la contra en Panamá, suministraba a través de Panamá armas a los iraníes,  etc.

Pero en 1984 las relaciones con los Estados Unidos se deterioraron cuando Noriega exigió y consiguió el cierre de la Escuela de las Américas en territorio panameño, perdiendo el apoyo de la CIA dentro del gobierno norteamericano, un político más experimentado se hubiera atraído a los sectores izquierdista de los Estados Unidos.

En dicha academia se formaban los militares latinoamericanos que recibían instrucción bélica con un marcado contenido político anti-comunista por parte del Pentágono. En 1985, Nicolás Arditto Barletta renunció a la presidencia bajo presiones por tratar de esclarecer el atroz crimen del Dr. Hugo Spadafora, opositor del dictador; quien en reiteradas ocasiones acusó al General Noriega de diversos delitos, incluidos el asesinato y el narcotráfico, siendo reemplazado por el primer vicepresidente Eric Arturo Del Valle, Spadafora fue asesinado por escuadrones de la muerte de la Guardia Nacional.


El segundo al mando de las Fuerzas de Defensa de Panamá, Coronel Roberto Díaz Herrera, fue pasado a retiro en 1986 por órdenes directas del General Noriega, desatando una lucha por el poder que justificó la intervención americana, al estallar una crisis en los Altos Mandos de la banda armada (*), por obtener el control de la institución. Díaz Herrera hizo declaraciones públicas acusando al General Noriega de fraude electoral en 1984, asesinato político y de complicidad en la muerte de Torrijos, lo que generó fuertes protestas entre la población y la creación de un movimiento denominado Cruzada Civilista dirigido por Guillermo Endara, en donde las clases mercantiles o comerciales de Panamá organizaron protestas masivas en contra del régimen.

En 1988, Eric Del Valle en su calidad de Presidente de la República destituyó al general Noriega como Jefe de las Fuerzas de Defensa Panamá, quien arremetió contra todo el poder del ejército panameño, dividiendo a la nación entre los partidarios de los "rabo blanco" pro-norteamericanos y los patriotas norieguista, a la larga debilitaría al país para enfrentar la invasión, desconociendo a Eric Arturo Del Valle como presidente y Roderick Esquivel como vicepresidente, un político más hábil hubiera llegado a un acuerdo tras bambalina pero lamentablemente Noriega no tenía esas cualidades. Del Valle se refugió en la embajada de Estados Unidos y luego fue trasladado fuera del país, y se residenció en Miami. Asumió el control del gobierno Manuel Solís Palma como Ministro Encargado de la Presidencia. Sin embargo, el embajador de Panamá en los Estados Unidos Juan Sosa fue reconocido como única autoridad del gobierno panameño en el exilio.


Las caricaturas nacionalistas fueron una gran ayuda al patriotismo panameño, desperdiciado por un líder incapaz.


Los Estados Unidos comenzaron un bloqueo abierto contra el gobierno leal a los militares panameños, lo que ocasionó una crisis económica, llegando incluso al congelamiento de los depósitos de los bancos para evitar la fuga de capitales. Durante este tiempo los Estados Unidos negociaron condiciones para el retiro del General Noriega del poder sin obtener los resultados deseados.

En mayo de 1989 tuvieron lugar las elecciones presidenciales entre el candidato de la oposición al régimen militar, Guillermo Endara Galimani, y el candidato respaldado por el gobierno Carlos Duque Jaén resultando vencedor Endara Galimani con un triunfo arrasador. Al presentarse los resultados de la votación, el General Noriega impartió instrucciones al tribunal electoral para declarar suspendidos los comicios electorales.

En septiembre, en lugar de asumir la presidencia el vencedor de las elecciones de mayo, fue suspendida la constitución y se designó como encargado del órgano ejecutivo al ingeniero Francisco Rodríguez, allegado al General Noriega, dando de facto un Golpe de Estado, legitimando la intervención norteamericana al restablecer "el hilo constitucional", demostrando una gran torpeza política.


Al mes siguiente, las fuerzas rebeldes dirigidas por el mayor Moisés Giroldi Vera, tomaron el cuartel central y retuvieron a Noriega. Giroldi, jefe de la compañía de fusileros responsable de la seguridad de la Comandancia, había abortado ya un intento golpista contra Noriega y ello le valió ser ascendido al rango de Mayor, pero su intento de deponer al General Noriega fracasó, ya que el helicóptero enviado por las fuerzas armadas de los Estados Unidos no llegó, ya que las U.S. Army se desentendieron de la revuelta militar, ya que uno de sus deseos era desarticular a las Fuerzas de Defensa de Panamá, y por las implicaciones Hemisférica que tendría tal acción, al mezclarse en ella,  y los alzados carecían de la sangre fría para ejecutar a Noriega. La situación se tornó más confusa cuando los compañeros de Giroldi pedían su anuencia para dar muerte a Noriega, lo que dio tiempo para que la rebelión fuera sofocada por fuerzas leales a Noriega. El Mayor Giroldi y todos los hombres que lo respaldaron en su acción fueron fusilados por instrucciones directas de Noriega.

En diciembre de 1989, la Asamblea Nacional otorgó poderes especiales al General Noriega designándolo Jefe del Gabinete de Guerra, mientras que declaraba a la República de Panamá en estado de guerra contra los Estados Unidos de América, ante las constantes provocaciones del Tío Sam, lo que fue la gota que derramó el vaso de los americanos, propiciando la invasión.

El miércoles 20 de diciembre de 1989, el presidente de Estados Unidos George H. W. Bush autorizó la operación militar denominada Causa Justa, ante los errores de los panameños, justificarían la invasión con los siguientes motivos:
• Proteger la vida de los ciudadanos estadounidenses que residían en Panamá.
• Defender la democracia y los derechos humanos en Panamá.
• Detener a Noriega para enfrentar delitos de tráfico de drogas.
• Respaldar el cumplimiento del Tratado Torrijos-Carter.


LA ACCIÓN MILITAR


Los estadounidenses dispusieron de 26.000 soldados de las unidades de elite, de los comandos navales, del ejército y la 82ª División Aerotransportada para la invasión. Las Fuerzas de Defensa Panameña sumaban apenas 16 mil efectivos y el país disponía de una minúscula fuerza aérea y de los batallones de la dignidad, que opusieron una resistencia bastante mediocre, que se desbandaron al asilarse Noriega en la Nunciatura Vaticana, su estructura era la siguiente:
Como cuerpo de ejército, sus miembros fungían como policías y soldados al mismo tiempo, llegó a tener hasta 1989 un total de 16.300 efectivos y cerca de 3.800 reservistas y colaboradores civiles:

Las FFDD tenían 3 batallones de combate, y 8 compañías de infantería;
más las unidades de fuerzas especiales. Cada zona militar contaba con uno o dos pelotones de reacción. El país estaba dividido en 12 zonas militares encabezadas generalmente por un mayor o teniente coronel.

Batallones
Batallón 2000, el más moderno, y el de mayor capacidad de fuego,
Batallón Cémaco,
Batallón Paz,
Primera Compañía de Infantería Tigres de Tinajita,
Segunda Compañía de Infantería Pumas de Tocumen,
Tercera Compañía de Infantería Diablos Rojos de Chiriquí.,
Cuarta Compañía de Infantería Urraca.,
Quinta Compañía de Infantería Victoriano Lorenzo.,
Sexta Compañía de Infantería Expedicionaria.,
Séptima Compañía de Infantería Macho de Monte,
Octava Compañía de Policía Militar,

La Fuerza Aérea Panameña (FAP) estaba compuesta por una escuadrilla de helicópteros y una de ala fija. 15 Helicópteros que eran en su mayoría tipo Huey o UH-1N y un Eurocopter AS 332 Super Puma. La escuadrilla de ala fija estaba compuesta por aeronaves Pillán, Cessna, Twin Otter, CASA 235, llamado por la FAP en nombre clave "Elektra", usado para las fuerzas paracaidistas e infantería, CASA 212, Caravan y un Boeing 727.
La Marina Nacional estaba compuesta por un grupo reducido de patrulleras y unidades de desembarco. Contaba también con una Compañía de Infantería de Marina, que serían atacadas al comenzar la invasión por la USAF.

El Grupo de Fuerzas especiales estaba compuesto por la unidad de explosivos, la unidad de hombres rana, la unidad de comando y la UESAT (Unidad especial antiterrorista) y de contrainteligencia. Además las FDP estaban débiles y desorganizadas, luego del intento de Golpe de Estado del Mayor Giroldi, y solo aportó a la lucha 4.000 soldados para intentar la defensa del país y los Batallones de la Dignidad se dispersaron rápidamente ante la desbandada del Ejército, más proclive sus alto mandos a negociar la rendición que a luchar en contra de la invasión.

Adquirieron las Fuerzas de Defensa de Panamá fusiles AK-47 y armamento de origen Soviético y chino por varios conductos una era la adquisición vía Cuba en un principio y posteriormente se le compraba directamente a los Soviéticos. El poder de fuego de la infantería consistía en cañones livianos, morteros pesados y livianos; vehículos blindados V150 y V300. Al momento de la invasión tenian unos M-16 de la época de la Guardia Nacional que poseían ciertas unidades y muchos AK-47, lanza cohetes RPG-7 y RPG-18, armas antiaéreas ZU-23-4 y ZU-23-2 de fabricación china los cuales se repartieron entre los Batallones de la Dignidad que eran unidades paramilitares que muy poco hicieron durante la invasión.-



La Fuerzas de Defensa de Panamá eran de papel, y no resultaron un enemigo para los americanos por su bajo entrenamiento y mando.

El Ejército de los Estados Unidos trasladó a Panamá a la 82ª División Aerotransportada para la operación militar, la cual contaba con 12,000 soldados, que aterrizaron por sorpresa en las principales ciudades de Panamá. Las bases militares estadounidenses en la riberas del Canal de Panamá, según el tratado Torrijos-Carter que legalizaba la presencia militar en el istmo para la defensa conjunta por ambas naciones de la vía acuática, contaban con un ejército de 12,000 los cuales no participaron de la Operación Causa Justa, se llevó a personal de inteligencia que estaba en entrenamiento, de los cuales murieron el Teniente Joseph T Alvertk, herido el Suscrito Benjamin Taylor, dejando a cargo de de ese grupo a un inexperto Alejandro Verna H. que llevo a cabo las operaciones de infiltracion.

Dos días antes del ataque, un soldado estadounidenses fue abatido cuando traspasó un retén frente al Cuartel Central de la Guardia Nacional, lo que fue considerado como el detonante del conflicto. La invasión inició la madrugada del 20 de diciembre de 1989 con el bombardeo de múltiples instalaciones políticas y militares. El objetivo del ataque era anular cualquier respuesta del ejército panameño. El bombardeo destruiría aeropuertos y bases militares como el Aeropuerto de Punta Paitilla, el Cuartel Central en el barrio de El Chorrillo, el Cuartel de Tinajitas, el Cuartel de Panamá Viejo, el Cuartel de Los Pumas, la base militar de Río Hato (donde funcionaba el instituto militar Tomás Herrera, que no era en realidad una escuela de formación castrense) o la Base Naval de Coco Solo.




La mayor eficacia de combate de los estadounidenses decidió el combate.

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos utilizó un armamento de última generación, como los aviones furtivos F-117 Nighthawk o los helicópteros de combate AH-64 Apache contra un ejército muy poco equipado, ya que los atacó: 27 Blancos simultáneamente para evitar que los panameños se reagruparán. A pesar de la alta tecnología del armamento estadounidense, se produjeron numerosas muertes de civiles al ser alcanzados muchos edificios no militares. El ingreso de los soldados estadounidenses al barrio El Chorrillo, donde se contaban numerosos partidarios de Noriega, fue particularmente sangriento.

No hubo ninguna declaración de guerra y la acción fue condenada por la Asamblea General de la ONU y por la Organización de Estados Americanos (OEA). La operación duró pocos días ante la superioridad del ejército ocupante y la poca resistencia encontrada, que fue organizada por asesores cubanos, y armados por estos, que se desintegraron al carecer de mandos y orientación militar. Noriega logró escapar y buscó asilo en la Nunciatura Apostólica. Posteriormente, se entregaría a las fuerzas de ocupación y puesto bajo arresto, después de un asedio de varios días.

Los combates en el Barrio El Chorrillo no contaron con una defensa urbana, que contuviera la investida, por el contrario entre los panameños predominó la anarquía y el caos, para quebrantar su espíritu de lucha los norteamericanos incendiaron y bombardearon los baluartes del régimen panameño.

Guillermo Endara fue nombrado presidente del país en una base militar de EE.UU. durante la operación. En los días siguientes a la intervención, debido a la ausencia de policía y ante la pasividad de las tropas estadounidenses, se produjeron en varias ciudades saqueos y actos de vandalismo que aumentaron las pérdidas materiales, dados por los allegados de Noriega, que facilitó el arresto aproximado de 5.000 prisioneros políticos y oficiales del anterior régimen, y la represión consiguiente no muy diferente a los de los tiempos de Torrijo y Noriega.

CONSECUENCIAS

Humanas


Según fuentes nacionales panameñas, instituciones sociales, organismos no gubernamentales y sociedad civil, existen estimaciones de que hubo un aproximado de 3,000 víctimas fatales entre soldados de las Fuerzas de Defensa de Panamá y población civil. Sin embargo, no existe una cifra oficial.
En algunos medios de comunicación extranjeros se publicaron noticias que indicaban de 3.000 a 6.000 los muertos como consecuencia de bombardeos en el barrio El Chorrillo, sitio donde se encontraba ubicado La Comandancia o Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa y las oficinas del General Noriega, y que más de 20.000 personas perdieron sus bienes y pertenencias, solicitando compensaciones por parte del gobierno de los Estados Unidos.


El padre Conrado Sanjur es el jefe de COPODEHUPA (Cordinadora Popular de Derechos Humanos de Panamá), una organización que apoya una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en la que 270 familias panameñas solicitan compensación a las autoridades por los efectos de la invasión.

Aquí en Panamá (el número de muertos por la invasión) es un tema tabú Conrado Sanjur, COPODEHUPA Sanjur le dijo a BBC Mundo que "se ha jugado mucho con diferentes cifras... Se ha jugado con cifras de 7.000, 5.000, 2.000 muertos, pero no se sabe a ciencia cierta cuántos son ni se han hecho esfuerzos serios por establecerlo, porque aquí en Panamá es un tema tabú".

El padre se quejó de lo que describió como la negativa de Estados Unidos a reconocer su responsabilidad en los incidentes. "Se dieron muchos casos de gente que murió de manera inocente". Insistió en que la invasión "fue una agresión y una imposición" contra su país, cuyas consecuencias negativas aún se sienten.

Las fuerzas estadounidenses insisten en que hicieron lo correcto en Panamá. En diversas declaraciones, Robert Appin, vocero del Comando Sur del ejército estadounidense, señaló que "ante todo, lamentamos cualquier tipo de daño colateral, sea pérdida de vida o daño a la propiedad".

Ante todo, lamentamos cualquier tipo de daño colateral, sea pérdida de vida o daño a la propiedad Robert Appin, Comando Sur del Ejército de Estados Unidos.  Appin agregó que en cualquier operación de combate su país "toma en consideración minimizar el daño colateral" y añadió que no conoce el número de muertes civiles que ocurrieron en la Operación Causa Justa, ya que "la cifra de supuestas víctimas varía sustancialmente según la fuente" y no hay manera de confirmarla.

"Es también difícil determinar exactamente quién o cuál fue la causa real de los daños a la propiedad. Pero sí lamentamos cualquier muerte civil o daño a la propiedad que ocurrió durante la operación. Lo que sí puedo confirmar es que perdimos a 23 valientes miembros del servicio durante esta misión", concluyó.

Al respecto, Guillermo Ford, ex vicepresidente de Panamá, quien asumió el cargo en las horas siguientes a la invasión estadounidense, insistió en que se ha exagerado de manera sustancial el costo en víctimas civiles de la invasión.

"A mí me tocó comprar 80 ó 90 lugares especiales en el cementerio para acomodar a las víctimas que habían fallecido (por la invasión en el barrio de Chorrillo)", dijo Ford.

El ex dirigente agregó que no conoce pruebas que justifiquen las versiones de miles de muertos que circularon días después de la invasión.







Unos 5.000 panameños fueron detenidos preventivamente durante la Operación Causa Justa.

El Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos reportó la muerte de 314 militares panameños, 202 civiles de la misma nacionalidad y 23 soldados estadounidenses. De acuerdo con el periodista Bob Woodwards y la cadena de televisión CBS serían un total de 4.500 panameños los que murieron durante el conflicto.




Las bajas fueron cuantiosas del lado panameño.


ECONÓMICAS

Incendio en Barrio El Chorrillo:


La invasión causó daños materiales por la acción militar y una crisis económica producto de las acciones de saqueo al comercio en general por parte de la población temerosa de un desabastecimiento de alimentos y artículos de primera necesidad. El barrio del Chorrillo, constituido principalmente por viejos caserones de madera edificados en la época de construcción del canal, fue destruido casi en su totalidad, debido en parte a los incendios producidos por el bombardeo al Cuartel Central. No obstante, existen versiones de que algunos grupos organizados por Noriega conocidos como los Batallones de la Dignidad incendiaron parte del Chorrillo durante los enfrentamientos, al verse aislados por la población.
Siendo la Policía un componente de las Fuerzas de Defensa, se dejó sin autoridad policial la Ciudad de Panamá y Colón, permitiendo el ataque a edificios públicos, escuelas, comercios y hasta viviendas particulares, por parte de delincuentes comunes, hasta que se restaurara la fuerza policial del nuevo gobierno.




La destrucción de Panamá fue considerable se tardaron los panameños aproximadamente 5 años en reconstruir su país.

POLÍTICAS

Noriega fue llevado a EE.UU., enjuiciado por el delito de narcotráfico y condenado a 40 años de prisión. También en Panamá fue juzgado en ausencia y condenado a 15 años por el asesinato de Hugo Spadafora, 20 años por la masacre de Albrook y el fusilamiento de miembros de las Fuerzas de Defensa de Panamá, 20 años por la ejecución de Moisés Giroldi, 5 años por delito contra la libertad individual de Humberto Macea y 18 meses por corrupción de funcionarios, etc. Esperando Panamá su entrega de los franceses. Cumpliendo su condena actualmente en Francia, de diez años de prisión por lavado de dinero del narcotráfico.




El arresto de Noriega se debió más a su incapacidad como líder militar y político, que a sus crímenes.

Guillermo Endara, ganador de las elecciones de mayo de 1989, prestó juramento como Presidente de Panamá desde una base militar de los EE.UU., dando por terminada la dictadura militar iniciada en 1968 y llevando al país a elecciones democráticas, ejercidas hasta el presente. Por medio de reformas constitucionales, Panamá declara abolido su ejército. El 31 de diciembre de 1999, en fiel cumplimiento a los tratado Torrijos - Carter, se produce la salida del último soldado estadounidense de territorio panameño y la reversión del territorio de la Zona del Canal a la soberanía de la República de Panamá, aunque muchos alegan que aún quedan bases subterráneas en diferentes puntos del país, como en la isla Flamenco, y en las costas de Colón. Desde donde todavía utilizan la increíble recepción de ondas de radio que favorece la posición geográfica del istmo panameño.





CONCLUSION:

Los errores del Alto Mando de las Fuerzas de Defensa de Panamá, son muchos entre los cuales se puede destacar: dividir al país entre rabo blanco y patriotas, a la larga en la confrontación aisló a las Fuerzas de Defensa de Panamá de la población. No dotar de mísiles portátiles tierra aire a los combatientes, ni tenerlo en las cantidades necesarias. Carecer de una mística de combate de las Fuerzas Armadas, convirtiéndose en una banda, que se desbandó ante los bombardeos de saturación y quirúrgicos de los americanos. La carencia de un líder militar experimentado, el triste caso de Noriega huyendo a la Nunciatura Apostólica iniciado el ataque es un triste recordatorio de lo anterior. No haberse preparado para la lucha casa por casa, solo se combatió en algunas zonas de Panamá. No haber preparado planes de contraataque o ataque al Canal, que hubieran desviado las Fuerzas de Asalto. No haber entrenado a los Batallones de Dignidad ni a la Fuerzas Armadas para enfrentar a los americanos a una guerra de guerrilla urbana. No haberse entrenado para los bombardeos de saturación y haber preparados defensas para tal fin. La carencia de mandos endurecidos en las Fuerzas Armadas, ya que su objetivo era delinquir al amparo de la fuerza. Y lo obtuso de la doctrina cubana, que evitó estudiar otros dispositivos que pudieron haber cambiado las aristas del conflicto.




La razón de la Operación Causa Justa, es que el gobierno estadounidense le perdió la paciencia a la cleptocracia militar panameña.


Las caricaturas nacionalistas fueron una gran ayuda al patriotismo panameño, desperdiciado por un líder incapaz.

Los Estados Unidos comenzaron un bloqueo abierto contra el gobierno leal a los militares panameños, lo que ocasionó una crisis económica, llegando incluso al congelamiento de los bancos para evitar la fuga de capitales. Durante este tiempo los Estados Unidos negociaron condiciones para el retiro del General Noriega del poder sin obtener resultados. En mayo de 1989 tuvieron lugar las elecciones presidenciales entre el candidato de la oposición al régimen militar, Guillermo Endara Galimani, y el candidato respaldado por el gobierno Carlos Duque Jaén resultando vencedor Endara Galimani con un triunfo arrasador. Al presentarse los resultados de la votación, el General Noriega impartió instrucciones al tribunal electoral para declarar suspendidos los comicios electorales.

En septiembre, en lugar de asumir la presidencia el vencedor de las elecciones de mayo, fue suspendida la constitución y se designó como encargado del Órgano ejecutivo al Ingeniero Francisco Rodríguez, allegado al General Noriega, dando de facto un Golpe de Estado, legitimando la intervención norteamericana al restablecer "el hilo constitucional".

Al mes siguiente, las fuerzas rebeldes dirigidas por el mayor Moisés Giroldi Vera, tomaron el cuartel central y retuvieron a Noriega. Giroldi, jefe de la compañía de fusileros responsable de la seguridad de la Comandancia, había abortado ya un intento golpista contra Noriega y ello le valió ser ascendido al rango de Mayor, pero su intento de deponer al General Noriega fracasó, ya que el helicóptero enviado por las fuerzas armadas de los Estados Unidos no llegó, ya que las U.S. Army se desentendieron de la Revuelta por las implicaciones Hemisférica que tendría tal acción, y estos carecían de la sangre fría para ejecutarlo. La situación se tornó más confusa cuando sus compañeros pedían su anuencia para dar muerte a Noriega, lo que dio tiempo para que la rebelión fuera sofocada por fuerzas leales a Noriega. El Mayor Giroldi y todos los hombres que lo respaldaron en su acción fueron fusilados por instrucciones directas de Noriega.

En diciembre de 1989, la Asamblea Nacional otorgó poderes especiales al General Noriega designándolo Jefe del Gabinete de Guerra, mientras que declaraba a la República de Panamá en estado de guerra contra los Estados Unidos de América, ante las constantes provocaciones del Tío Sam.

El miércoles 20 de diciembre de 1989, el presidente de Estados Unidos George H. W. Bush autorizó la operación militar denominada Causa Justa, ante los errores de los panameños, justificarían la invasión con los siguientes motivos:
• Proteger la vida de los ciudadanos estadounidenses que residían en Panamá.
• Defender la democracia y los derechos humanos en Panamá.
• Detener a Noriega para enfrentar delitos de tráfico de drogas.
• Respaldar el cumplimiento del Tratado Torrijos-Carter.


LA ACCIÓN MILITAR


Los estadounidenses dispusieron de 26.000 soldados de las unidades de elite, de los comandos navales, del ejército y la 82ª División Aerotransportada para la invasión. Las Fuerzas de Defensa Panameña sumaban apenas 16 mil efectivos y el país disponía de una minúscula fuerza aérea y de los batallones de la dignidad, que opusieron una resistencia bastante mediocre, que se desbandaron al asilarse Noriega en la Nunciatura Vaticana, su estructura era la siguiente:
Como cuerpo de ejército, sus miembros fungían como policías y soldados al mismo tiempo, llegó a tener hasta 1989 un total de 16.300 efectivos y cerca de 3.800 reservistas y colaboradores civiles:

Las FFDD tenían 3 batallones de combate, y 8 compañías de infantería;
más las unidades de fuerzas especiales. Cada zona militar contaba con uno o dos pelotones de reacción. El país estaba dividido en 12 zonas militares encabezadas generalmente por un mayor o teniente coronel.

Batallones
Batallón 2000, el más moderno, y el de mayor capacidad de fuego,
Batallón Cémaco,
Batallón Paz,
Primera Compañía de Infantería Tigres de Tinajita,
Segunda Compañía de Infantería Pumas de Tocumen,
Tercera Compañía de Infantería Diablos Rojos de Chiriquí.,
Cuarta Compañía de Infantería Urraca.,
Quinta Compañía de Infantería Victoriano Lorenzo.,
Sexta Compañía de Infantería Expedicionaria.,
Séptima Compañía de Infantería Macho de Monte,
Octava Compañía de Policía Militar,

La Fuerza Aérea Panameña (FAP) estaba compuesta por una escuadrilla de helicópteros y una de ala fija. 15 Helicópteros que eran en su mayoría tipo Huey o UH-1N y un Eurocopter AS 332 Super Puma. La escuadrilla de ala fija estaba compuesta por aeronaves Pillán, Cessna, Twin Otter, CASA 235, llamado por la FAP en nombre clave "Elektra", usado para las fuerzas paracaidistas e infantería, CASA 212, Caravan y un Boeing 727.
La Marina Nacional estaba compuesta por un grupo reducido de patrulleras y unidades de desembarco. Contaba también con una Compañía de Infantería de Marina, que serían atacadas al comenzar la invasión por la USAF.

El Grupo de Fuerzas especiales estaba compuesto por la unidad de explosivos, la unidad de hombres rana, la unidad de comando y la UESAT (Unidad especial antiterrorista) y de contrainteligencia. Además las FDP estaban débiles y desorganizadas, luego del intento de Golpe de Estado del Mayor Giroldi, y solo aportó a la lucha 4.000 soldados para intentar la defensa del país y los Batallones de la Dignidad se dispersaron rápidamente ante la desbandada del Ejército, más proclive sus alto mandos a negociar la rendición que a luchar en contra de la invasión.

Adquirieron las Fuerzas de Defensa de Panamá fusiles AK-47 y armamento de origen Soviético y chino por varios conductos una era la adquisición vía Cuba en un principio y posteriormente se le compraba directamente a los Soviéticos. El poder de fuego de la infantería consistía en cañones livianos, morteros pesados y livianos; vehículos blindados V150 y V300. Al momento de la invasión tenian unos M-16 de la época de la Guardia Nacional que poseían ciertas unidades y muchos AK-47, lanza cohetes RPG-7 y RPG-18, armas antiaéreas ZU-23-4 y ZU-23-2 de fabricación china los cuales se repartieron entre los Batallones de la Dignidad que eran unidades paramilitares que muy poco hicieron durante la invasión.-



La Fuerzas de Defensa de Panamá eran de papel, y no resultaron un enemigo para los americanos por su bajo entrenamiento y mando.

El Ejército de los Estados Unidos trasladó a Panamá a la 82ª División Aerotransportada para la operación militar, la cual contaba con 12,000 soldados, que aterrizaron por sorpresa en las principales ciudades de Panamá. Las bases militares estadounidenses en la riberas del Canal de Panamá, según el tratado Torrijos-Carter que legalizaba la presencia militar en el istmo para la defensa conjunta por ambas naciones de la vía acuática, contaban con un ejército de 12,000 los cuales no participaron de la Operación Causa Justa, se llevó a personal de inteligencia que estaba en entrenamiento, de los cuales murieron el Teniente Joseph T Alvertk, herido el Suscrito Benjamin Taylor, dejando a cargo de de ese grupo a un inexperto Alejandro Verna H. que llevo a cabo las operaciones de infiltracion.

Dos días antes del ataque, un soldado estadounidenses fue abatido cuando traspasó un retén frente al Cuartel Central de la Guardia Nacional, lo que fue considerado como el detonante del conflicto. La invasión inició la madrugada del 20 de diciembre de 1989 con el bombardeo de múltiples instalaciones políticas y militares. El objetivo del ataque era anular cualquier respuesta del ejército panameño. El bombardeo destruiría aeropuertos y bases militares como el Aeropuerto de Punta Paitilla, el Cuartel Central en el barrio de El Chorrillo, el Cuartel de Tinajitas, el Cuartel de Panamá Viejo, el Cuartel de Los Pumas, la base militar de Río Hato (donde funcionaba el instituto militar Tomás Herrera, que no era en realidad una escuela de formación castrense) o la Base Naval de Coco Solo.




La mayor eficacia de combate de los estadounidenses decidió el combate.

La Fuerza Aérea de los Estados Unidos utilizó un armamento de última generación, como los aviones furtivos F-117 Nighthawk o los helicópteros de combate AH-64 Apache contra un ejército muy poco equipado, ya que los atacó: 27 Blancos simultáneamente para evitar que los panameños se reagruparán. A pesar de la alta tecnología del armamento estadounidense, se produjeron numerosas muertes de civiles al ser alcanzados muchos edificios no militares. El ingreso de los soldados estadounidenses al barrio El Chorrillo, donde se contaban numerosos partidarios de Noriega, fue particularmente sangriento.

No hubo ninguna declaración de guerra y la acción fue condenada por la Asamblea General de la ONU y por la Organización de Estados Americanos (OEA). La operación duró pocos días ante la superioridad del ejército ocupante y la poca resistencia encontrada, que fue organizada por asesores cubanos, y armados por estos, que se desintegraron al carecer de mandos y orientación militar. Noriega logró escapar y buscó asilo en la Nunciatura Apostólica. Posteriormente, se entregaría a las fuerzas de ocupación y puesto bajo arresto, después de un asedio de varios días.

Los combates en el Barrio El Chorrillo no contaron con una defensa urbana, que contuviera la investida, por el contrario entre los panameños predominó la anarquía y el caos, para quebrantar su espíritu de lucha los norteamericanos incendiaron y bombardearon los baluartes del régimen panameño.

Guillermo Endara fue nombrado presidente del país en una base militar de EE.UU. durante la operación. En los días siguientes a la intervención, debido a la ausencia de policía y ante la pasividad de las tropas estadounidenses, se produjeron en varias ciudades saqueos y actos de vandalismo que aumentaron las pérdidas materiales, dados por los allegados de Noriega, que facilitó el arresto aproximado de 5.000 prisioneros políticos y oficiales del anterior régimen, y la represión consiguiente no muy diferente a los de los tiempos de Torrijo y Noriega.

CONSECUENCIAS

Humanas


Según fuentes nacionales panameñas, instituciones sociales, organismos no gubernamentales y sociedad civil, existen estimaciones de que hubo un aproximado de 3,000 víctimas fatales entre soldados de las Fuerzas de Defensa de Panamá y población civil. Sin embargo, no existe una cifra oficial.
En algunos medios de comunicación extranjeros se publicaron noticias que indicaban de 3.000 a 6.000 los muertos como consecuencia de bombardeos en el barrio El Chorrillo, sitio donde se encontraba ubicado La Comandancia o Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa y las oficinas del General Noriega, y que más de 20.000 personas perdieron sus bienes y pertenencias, solicitando compensaciones por parte del gobierno de los Estados Unidos.





Unos 5.000 panameños fueron detenidos preventivamente durante la Operación Causa Justa.

El Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos reportó la muerte de 314 militares panameños, 202 civiles de la misma nacionalidad y 23 soldados estadounidenses. De acuerdo con el periodista Bob Woodwards y la cadena de televisión CBS serían un total de 4.500 panameños los que murieron durante el conflicto.




Las bajas fueron cuantiosas del lado panameño.


ECONÓMICAS

Incendio en Barrio El Chorrillo:


La invasión causó daños materiales por la acción militar y una crisis económica producto de las acciones de saqueo a los comercio en general por parte de la población temerosa de un desabastecimiento de alimentos y artículos de primera necesidad. El barrio del Chorrillo, constituido principalmente por viejos caserones de madera edificados en la época de construcción del canal, fue destruido casi en su totalidad, debido  a los incendios producidos por el bombardeo al Cuartel Central. No obstante, existen versiones de que algunos grupos organizados por Noriega conocidos como los Batallones de la Dignidad incendiaron parte del Chorrillo durante los enfrentamientos, al verse aislados por la población para poder huir.

Siendo la Policía un componente de las Fuerzas de Defensa, se dejó sin autoridad policial a la Ciudad de Panamá y Colón, lo permitió el ataque a los edificios públicos, escuelas, comercios y hasta viviendas particulares, por parte de delincuentes comunes, hasta que se restauraran la fuerza policial del nuevo gobierno.


El filósofo Ignacio Ramonet habla de La Tiranía de la Comunicación se refiere a cómo los medios de comunicación se las arreglan para visibilizar unas guerras y otras no; para mostrar unos muertos y otros no. Dice Ramonet: “Al igual que en Granada, en Panamá no hay testigos durante las primeras horas del ataque, el período más difícil; y la nueva estrategia utilizada por EE UU en esa intervención se basa en que se lleva a cabo al mismo tiempo que la caída del régimen de Ceaucescu en Rumania, el 20 de diciembre de 1989, con el mundo entero ocupado en ver en directo por televisión los combates callejeros de Bucarest. Las cadenas de televisión más importantes rompen su programación, e incluso emiten durante 24 horas lo que está ocurriendo en Rumania. Mientras el mundo entero está entretenido viendo los hechos de Rumania, EE UU, utilizando lo que se llama un «efecto biombo», interviene en Panamá y sabe que, en realidad, aparte de los países hispanoamericanos, en el resto del mundo el efecto mediático será secundario, (lo que resultó un gran acierto). Prácticamente no hay imágenes de lo que ocurrió en Panamá, y la versión estadounidense muestra al presidente Noriega como traficante de drogas, causante de todos los acontecimientos (…)”.

El número de muertes en Panamá superó con creces al de Rumania, de 2.000 a 4.000 civiles según diversas fuentes, pero, apunta Ramonet “nadie habló del «genocidio panameño», ni de «fosas». Porque el ejército norteamericano no permitía a los periodistas filmar las escenas de guerra. Y una guerra «invisible» no impresiona, no hace rebelarse a la opinión pública. «Nada de imágenes de combates», constata un crítico de televisión, decepcionado por los reportajes sobre Panamá, «si acaso algunos planos confusos de soldados apuntando sus armas hacia un puñado de resistentes en el hall de un edificio»”.


El siguiente  relato escrito por el médico panameño Roberto Cedeño sobre la invasión a Panamá, Cedeño es, además, biógrafo del cantante de salsa Rubén Blades y plasmó en las últimas páginas de su libro “Blades, la Calle del Autor” (1992, impreso en Caracas), lo vivido aquel 20 de diciembre de 1989.

El contexto de esta crónica tiene lugar mientras el autor atiende, en pleno bombardeo, una llamada de Blades desde New York, interesado en el número de muertos. Creía Cedeño que era imposible que en otro lugar del planeta (ya vimos que sí), se estuviese desarrollando “un acto de tan siniestra envergadura como el drama acelerado y desgarrador que se escenificaba en múltiples calles y sitios de esta ciudad (…)”.

“No habría paraje de este hemisferio en el que se estuvieran estrenando sobre seres vivientes, infalibles disparos efectuados con armas guiadas por rayos láser y sensibles dispositivos para termo-detección a distancia que son capaces de ubicar con exactitud el calor vital de los cuerpos y que, tras su impacto, perecen calcinados”.

Describe Cedeño “el adúltero vuelo de un mágico avión -casi metafísico- que no se ve ni se oye ni se huele, aunque desde su silencio puede demoler ya sea cuarteles o barrios que reposan, lanzándoles bombazos, de alto poder destructivo (pero quizás adecuados para conflictos de baja intensidad) los que arrojados contra objetivos demarcados por computadoras garantizarán una “máxima efectividad con margen de error milimétrico”.

Continúa Roberto Cedeño: “Se dice que los tácticos norteamericanos habían planeado -y con meses de anticipación- iniciar el indiscriminado ataque después de la medianoche en prevención de la mayor ventaja y menos bajas en sus filas. De seguro que en sus previos estimados numéricos no les dio por incluir la cifra de niños que todavía hoy solo a duras penas logran dormir, tal vez reviviendo con persistencia en su agitado sueño la traumática e inolvidable pesadilla”

Como médico acostumbrado a lidiar con la muerte, Roberto Cedeño sabe que aquello muertes era “distinto” y lo refiere de esta manera: “Era el espectro de la muerte a tiros de mucha gente, además perpetrada por sujetos con rostros pintorreteados, extraña indumentaria, idioma foráneo, que se colaban nerviosamente entre las alcantarillas y parapetos después de enviarse misteriosas señales. Esta escalofriante realidad del montón de cuerpos destripados al paso de los vehículos de guerra, cuyos endemodiados ocupantes iban aplilando sistemáticamente para incinerarlos después con fuego de lanzallamas (…)”

Los sismógrafos panameños detectaron quinientas poderosas explosiones en menos de seis horas mientras la resistencia de algunos valientes languidecía “ante lo abrumador y aplastante de un ejército dotado con recursos multimillonarios”. La “resistencia” fue de hombres y mujeres humildes que después fueron satanizados y desprestigiados. Cuenta Cedeño que el militar de más rango fallecido en las acciones fue un teniente pues se habla de una “desbandada” en los altos mandos que dio al traste con cualquier defensa, ya que casi toda la oficialidad intentó negociar con US. Army.

“Esta bizarra y desproporcionada barbarie ejecutada en contra de una diminuta nación, ya se interpretaba en el Pentágono y se publicitaba… a través de sus voceros como una gloriosa “victoria militar” en virtud de un “acto de liberación a favor de un pueblo” (…) y, por supuesto en defensa  del imperturbable “estado de seguridad” de la “great democracy” del omnipotente país del presente y del futuro, que había sido amenazado seriamente en esta ocasión por Panamá y sus hordas de maleantes armados y asesinos en uniforme”.

Después la nación fue ocupada “de frontera a frontera” por los “técnicos” norteamericanos. Las pérdidas se estimaban en más de 1.500 millones de dólares; la cifra de refugiados subió a 20 mil y cinco mil fueron recluidos en áreas especiales  y campos de concentración selectiva…


La destrucción de Panamá fue considerable se tardaron los panameños aproximadamente 5 años en reconstruir su país.

POLÍTICAS

Noriega fue llevado a  los EE.UU., enjuiciado por el delito de narcotráfico y condenado a 40 años de prisión como excusa de la invasión. También en Panamá fue juzgado en ausencia y condenado a 15 años por el asesinato de Hugo Spadafora, 20 años por la masacre de Albrook y el fusilamiento de miembros de las Fuerzas de Defensa de Panamá, 20 años por la ejecución de Moisés Giroldi, 5 años por delito contra la libertad individual de Humberto Macea y 18 meses por corrupción de funcionarios, etc. Esperando Panamá su entrega de los franceses. Cumplió su condena actua en USA y Francia, de diez años de prisión por lavado de dinero del narcotráfico.




El arresto de Noriega se debió a representar a un régimen cleptocrático más qua a su incapacidad como líder militar y político, que a sus crímenes propiamente.

Guillermo Endara, ganador de las elecciones de mayo de 1989, prestó juramento como Presidente de Panamá desde una base militar de los EE.UU., dando por terminada la dictadura militar iniciada en 1968 y llevando al país a elecciones democráticas, ejercidas hasta el presente. Por medio de reformas constitucionales.  Panamá declaró abolido su ejército por presiones del Secretario de Estado, que no toleraría un nuevo brote antiamericano en la región.

El 31 de diciembre de 1999, en fiel cumplimiento a los tratado Torrijos - Carter, se produce la salida del último soldado estadounidense del territorio panameño y la reversión del territorio de la Zona del Canal a la soberanía de la República de Panamá, aunque muchos alegan (ya que son rumores), que aún quedan bases subterráneas en diferentes puntos del país, como en la isla Flamenco, y en las costas de Colón. Desde donde todavía utiliza la Agencia Nacional de Seguridad (ANS) la increíble recepción de ondas de radio que favorece la posición geográfica del istmo panameño.




Guillermo Endara mayor beneficiario de la Operación Causa Justa creó un régimen democrático a la medida de los sectores mercantiles de Panamá, que lo ha vuelto revulsivo a los sectores trabajadores y pobres, que esperan el momento para encumbrar un nuevo “Torrijos”.


CONCLUSION:

Los errores del Alto Mando de las Fuerzas de Defensa de Panamá, son muchos entre los cuales se puede destacar: el dividir al país entre rabo blanco y patriotas, a la larga en una confrontación aisló a las Fuerzas de Defensa de Panamá de la población. No dotar de mísiles portátiles tierra aire SA-7 a los combatientes, ni tenerlo en las cantidades necesarias para repeler el asalto helitransportado.

Carecer el ejército de una mística de combate de las Fuerzas Armadas, convirtiéndose en una banda, que se desbandó ante los bombardeos de saturación y quirúrgicos de los americanos. La carencia de un líder militar experimentado, el triste caso de Noriega huyendo a la Nunciatura Apostólica iniciado el ataque es un triste recordatorio de lo anterior.

No haberse preparado para la lucha casa por casa, solo se combatió en algunas zonas de Panamá. No haber preparado planes de contraataque o ataque al Canal, con minas o barcos explosivos, que hubieran desviado las Fuerzas de Asalto de sus objetivos primarios. No haber entrenado a los Batallones de Dignidad ni a la Fuerzas Armadas para enfrentar a los americanos en una guerra de guerrilla urbana.

No haberse entrenado para los bombardeos de saturación y haber preparados defensas para tal fin como bunker o trincheras. La carencia de mandos endurecidos en el ejército, ya que su objetivo era delinquir al amparo de la fuerza. Y lo obtuso de la doctrina militar cubana, que evitó estudiar otros dispositivos que pudieron haber cambiado las aristas del conflicto.




La razón de la Operación Causa Justa, es que el gobierno estadounidense le perdió la paciencia a la cleptocracia militar panameña.

(*)  El concepto de Banda Armada se diferencia de Ejercito Nacional y Ejército Multinacional, ya que el Ejército Nacional: es el cuerpo armado de la nación, con los hombres de su país, que se ejercitan para la guerra, en defensa del territorio y los intereses nacionales tanto económico como políticos, de las ambiciones extranjeras o de los grupos de presión interna, utilizando para ello la “política por otros medios” en base al Derecho de Guerra Internacional. 

El Ejército Multinacional: es la organización de varios ejércitos nacionales encuadrados dentro de un mando único que busca restablecer el equilibrio ante una coyuntura regional o en alianzas con otros países. 

El concepto de Banda Armada: es aquel grupo armado que somete, depreda y canibaliza los recursos del territorio para beneficio propio y de extraños, en contra de su propia comunidad, utilizando medios mafiosos o delictivos para lograr sus fines, que le permitan lucrarse en contra de los intereses del propio del Estado y de sus ciudadanos, violando las convenciones internacionales, poniéndose al margen del Derecho Internacional, careciendo de cualquier legitimidad, que no sea la fuerza. 

Un ejemplo de ello fueron las Fuerzas de Defensa de Zaire, dirigidas por Sese Seko Mobuto, que servían de defensa a los intereses de la claque política y de las compañías mineras transnacionales en contra de su propio pueblo, sometiendo a los diferentes grupos étnicos a su ambición, excluyendo de manera violenta o legal a la mayoría de la población, es la rapiña del grupo dominante, apoyando los países limítrofes el alzamiento de Laurent Kabila en contra de Mobuto, que daría al traste con el régimen y la desaparición de las Fuerzas de Defensa de Zaire. 

Otro ejemplo son las Fuerzas de Defensa de Panamá, que servían de soporte a la corrupción de la élite política en contra del pueblo panameño, justificando su preponderancia en el populismo o la defensa cosmética de algún baluarte nacional, ocultando el poder que detentaban, y la exclusión social a que sometían al resto de la población, interviniendo la U.S Army en Panamá, dado que la corrupción del régimen podía afectar el uso del canal, desmantelando a la banda panameña en su beneficio. 

El “Ejército de Liberación Nacional de Liberia” de Charles Taylor, que saqueó a sus propios ciudadanos, recursos y desestabilizó a los países vecinos del África Ecuatorial, al acabárseles las riquezas propias, empobreciendo no solo a los liberianos, sino también a los de Sierra Leona, Costa de Marfil, Guinea y Gabón, exportando “la revolución africana”, que facilita el tráfico de diamantes, piedras preciosas, y armas; recurriendo la Comunidad Africana a intervenir militarmente en Liberia, desalojándolo del poder por la fuerza, con el apoyo de la potencia regional: Nigeria. 

Las características organizativa de una Banda Armada son: baja cohesión ante enemigos organizados, desintegrándose en los combates; carencia de mandos endurecidos ante fuego real; baja capacidad táctica e incapacidad estratégica para realizar operaciones concreta, que no sea la represión de civiles desarmados; uso de sus armas como herramientas de poder más que de defensa territorial; el desprecio mutuo entre los distintos componentes de la banda armada conspirando para tomar el poder, que dificultará cualquier acción de combate, por mínima que sea; falta de respeto hacia los oficiales distinguidos, por envidia y ambición; respuestas impredecibles ante enemigos internos o externos; irrespeto tanto a la población civil nativa como extranjera; pérdida gradual del sentido de la realidad, al no poder diferenciar situaciones de protestas, tensión o de guerra, produciendo una conciencia enloquecida de la realidad; utilización del asesinato masivo como elemento disuasorio ante la población civil; irresponsabilidad por sus acciones, sin medir las consecuencias de las mismas, ya que son viscerales e instintivas; el saqueo de los bienes particulares, y estadales en beneficio propio, justificándolo con algún tipo de ideal, y el asesinato como respuesta a situaciones de crisis; falta de un sentido de mística militar, etc. 

En cambio son partidario de un pragmatismo de poder que les permita lucrarse en lo personal y mantener posiciones de autoridad, obtener gratificaciones sexuales, carencia de una disciplina combativa; … etc. Esa es la razón que me dirigiré a los que se dicen integrantes de las Fuerzas Armadas como la Banda Armada, que es el concepto más apropiado, ya que al utilizar ese término ofende a los miembros de las Fuerzas Armadas y Ejército de otros países, que son personas decentes y honestas.


htpp://es.wikipedia.org/wiki/Invasi%C3B3n_estadounidense_de_Panam%C3%Al_de_1989. “Invasión Estadounidense a Panamá”.
htpp://mundosgm.com/smf/index.php?action=post;msg=154595;topic=5217.30;sesc=8c301a6e8100be400e2bee9200b82c64c
http://mundosgm.com/smf/index.php/topic,5217.15.html. La Operación Causa Justa”. Por Kelder Toti.

Bob Woodward. "The Commanders". Simon&Shuster, Pocket Star Book, New York, 1991.caricaturas 

http://www.aporrea.org/internacionales/a206191.html.  “El Chorrillo y la gloriosa “victoria militar” de EEUU”. Por: Luisana Colomine | Miércoles, 15/04/2015 
http://www.bbc.com/mundo/america_latina/2009/12/091215_panama_justacausa2_lf.shtml. "¿Cuántos murieron por "Causa Justa"? Luis Fajardo. BBC Mundo.

Opositores marcharon en apoyo a López y otros presos
La oposición venezolana realizó este sábado una marcha pacífica por algunas vías de la capital en apoyo al dirigente encarcelado Leopoldo López y otras varias decenas de personas que se encuentran en huelga de hambre para exigir la definición de la fecha de las elecciones parlamentarias y la liberación de los presos políticos.
Varios centenares de manifestantes, algunos vistiendo camisetas blancas y portando banderas venezolanas, tomaron algunas calles del municipio capitalino de Chacao, en el este de la capital, para marchar a favor de López y otros dirigentes opositores encarcelados.
Entre carteles en los que se leía "inocentes presos y delincuentes sueltos", y fotografías de López y el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, que está bajo arresto domiciliario a la espera de un juicio por una supuesta conspiración, los opositores marcharon pacíficamente y culminaron su protesta con una concentración en los alrededores de la plaza José Martí de Chacaíto a la que se unieron algunos jóvenes que se encuentran en huelga de hambre y las esposas y familiares de los dirigentes encarcelados.
"Me duele la barriga, me duele el corazón de pensar que cada hora se debilita Leopoldo López", afirmó conmovida Lilian Tintori, esposa del dirigente, al asegurar que la vida del opositor está en riesgo luego de 27 días de huelga de hambre.
"Es tu responsabilidad (presidente) Nicolás Maduro, si a Leopoldo López y si alguno de estos muchachos les pasa algo", dijo Tintori durante un discurso en el que exigió a las autoridades la definición de la fecha de las elecciones parlamentarias y la liberación de los presos políticos, que son dos de las solicitudes que hizo el dirigente encarcelado cuando emprendió el ayuno voluntario el pasado 24 de mayo.
A la huelga de López se han sumado varias decenas de manifestantes en todo el país, anunció la oposición.
El dirigente del partido Voluntad Popular ha perdido unos 15 kilos por su ayuno prolongando, dijo Tintori, que indicó que este sábado le pediría a su esposo, durante su visita en la cárcel, que cancele la huelga para garantizar su vida.
La fiscal general Luisa Ortega Díaz ofreció el viernes a los familiares de López el envío de un médico forense para tratar al opositor.
The Associated Press no ha podido corroborar por fuentes independientes la condición de López y otros huelguistas.
López se encuentra recluido desde hace 16 meses en la cárcel militar de Ramo Verde, a las afueras de la capital, mientras es procesado por supuestamente promover unas protestas violentas en la capital en febrero del 2014 que dejaron tres muertos.
Un grupo de senadores brasileños arribó hace dos días al país para visitar a López y otros opositores encarcelados, pero no pudieron cumplir su agenda debido a un fuerte congestionamiento de vehículos que les impidió acceder desde el aeropuerto a Caracas.
El gobierno de Brasil convocó el viernes a la embajadora venezolana en ese país, María Lourdes Urbaneja, y pidió aclaratorias a la ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, Delcy Rodríguez, sobre la situación que enfrentaron los senadores que fueron hostigados por supuestos manifestantes oficialistas.
Las autoridades venezolanas negaron el viernes haber obstaculizado la principal vía de acceso entre el aeropuerto y Caracas para impedir la visita de los brasileños, y denunciaron la existencia de una "maniobra mediática que grupos de la derecha nacional e internacional".
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela dijo en un comunicado que el viaje de los senadores brasileños tuvo como propósito "desestabilizar la democracia venezolana y generar confusión y conflicto entre países hermanos".


Lord Jojo: Esperamos justicia.
Lord Jojo:  Es posible que me hallan hackeado, pero así es la vida, en todo caso nada cambiará.
Lord Jojo:  

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